Pareciera que en Tamaulipas, particularmente en la zona sur, nos hemos acostumbrado a respirar el peligro en forma de contaminación.
Fugas de chapopote, combustión de desechos tóxico-biológicos, escape de gas a mitad del mar, que pareciera que no importa, que no pasa ni pasará nada.
Nada más falso.
Graves afectaciones a la salud de los tamaulipecos, que se traducirá en grandes cuentas médicas están por aparecer de un momento a otro, si no es este año, es el siguiente.
Lo más triste, es la poca conciencia que hay sobre el peligro que nos rodea, la indiferencia de las autoridades federales y el poco alcance de las administraciones locales, para acercarse presión y generar un cambio.
El caso de Tersa, es sólo una pequeña muestra, la coordinación de Protección Civil del estado impuso una multa de 80 mil pesos que ya pagó, para poder seguir operando y aún debe un millón de pesos que adeuda a la Alcaldía de Altamira.
Pero no pasó nada, puso en riesgo la vida de miles de personas con la combustión de residuos tóxico-biológicos, la contingencia duró más de 7 días, evidenció que no tiene manuales de control de contingencias, que no tienen en personal calificado por ara el control emergencias, todo en detrimento de la seguridad de los altamirenses.
Y no se diga Pemex, la aparición de chapopote en las playas de Altamira y Madero es una más de las de la Paraestatal.
Con escuetos comunicados de prensa la “gran empresa de México” se ha justificado y con meros pretextos ha tratado de evadir su responsabilidad, aseverando que son emanaciones naturales.
Seguramente el brote de petróleo en el patio del CBTIS 105 de Altamira era “natural”, pero no pasó nada, lo “remediaron” que no es más que retirar el combustible a palazos y la tierra dañada y echarle más por encimita.
¿Y qué va a pasar? Nada, bueno seguramente enfermaremos y alguna justificación encontrarán los médicos, alguna justificación tendremos nosotros en nuestra mente, cuentas pagaremos y al fin moriremos.
¿Y la Profepa? ¿La Semarnat? ¿ASEA? Organismos encargados del medio ambiente, de la protección de los recursos naturales, del manejo de materiales de riesgo. Pues simplemente no les importa, menos al delegado en Tamaulipas, desde octubre de 2014, Aureliano Salinas Peña, seguramente usted no lo conoce, pero a su familia sí, y muy bien, es cuñado del un ex gobernador encarcelado, ¿ya supo?
Pero si en dos años de atentados a la salud de los tamaulipecos, no ha hecho nada, menos a un par de meses de que acabe la administración federal.
Así nuestra suerte, si usted algún goza de salud, es por suerte.
omarereyes@gmail.com