CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Para muchos era un día cualquiera, un viernes laboral en el que tenían que ir a la escuela o trabajo, algunos desde temprana hora, otros por el medio día; pero la otra cara de la moneda, tenía a los aficionados de Correcaminos y Jaiba Brava, ansiosos, había juego y era ni más ni menos que el Clásico Tamaulipeco.
La edición 32 se iba a disputar en la zona sur del estado, en donde hay un toque especial y donde Correcaminos tenía 16 años que no ganaba en este territorio de Tampico-Madero. Era viernes -día no habitual para un juego de tal importancia-,
y eso le quitó un poco de reflectores, pero aún así, desde el medio día fue cuando comenzó a sentirse más el ambiente de Clásico.
Muchas personas en las calles principales de Tampico y Madero, tenían bandera de la Jaiba Brava en su coche, otros ya hasta con la playera celeste.
La hora se acercaba, y en las inmediaciones del Estadio Tamaulipas ya comenzaba a verse aficionados, quienes hasta comida llevaban para pasar el rato en lo que comenzaba el juego.
Policías estatales, tránsitos y elementos de la Marina auxiliaban para mantener el orden.
Llegó la primer “complicación” para los de seguridad, llegaba el autobús del equipo visitante, y aunque era un “dolor de cabeza” no pasó nada, más que gritos e insultos hacia el autobús donde estaban los 18 jugadores del ‘Corre’, cuerpo técnico, directiva y utileros.
Ya con la primera prueba superada, apareció la segunda; la llegada de aficionados de Correcaminos a quienes mantuvieron aislados en una de las calles alrededor del estadio por motivos de seguridad, y funcionó, pues no hubo ningún altercado.
Ya en el estadio, poco a poco comenzaba a entrar la hinchada local; por ser viernes, no se vendieron todos los boletos, pero aún así el 85% fue adquirido.
Poco a poco se tapizó. Y salieron los equipos a calentar, el primer abucheado y quién se llevó toda la hostilidad, fue ex jugador de la Jaiba Brava, Humberto Hernández… “¡vendido, vendido!”, le gritaban algunos locales.
Llegó la hora del juego, tras los momentos de calentamiento, los equipos quedaron listos. Salieron al campo con el himno de la Liga Mx.
De fondo, se escuchaba la Terrorizer, la porra de Tampico, “Tampico mi buen amigo”, cantaban los más de 200 integrantes de la barra celeste quien a su vez tenían telones que le ponían color a la grada.
Los jugadores de ambos cuadros se animaban, “dale cabrones”, “intensidad”, decían unos, siendo los del Correcaminos quienes más se veía motivados.
Sonó el himno nacional y quedó todo listo. Jonathan Hernández dio el silbatazo inicial. Correcaminos fue quien comenzó con más intensidad y parecía que todo le salía como estaba planeado, ya que Juan Carlos Chávez, se mostraba tranquilo.
Miguel de Jesús Fuentes, era intenso, gritaba y manoteaba, en su primer encuentro como entrenador de la Jaiba Brava.
Por momentos la Jaiba Brava recuperó el control del encuentro, y generó, pero el jugador que había sido más abucheado desde el calentamiento, Humberto ‘Gansito’ Hernández, tuvo dos atajadas de gran manufactura para salvar al cuadro de Correcaminos.
Justo cinco minutos después de que entrara toda la afición de Correcaminos al estadio, llegó la felicidad; en una jugada personal, el paraguayo, Gustavo Adrián Ramírez, se quitó a tres defensores, y después cruzó su disparo de gran forma para vencer a Julio González, quien por más que se estiró no pudo hacer nada para desviar la redonda.
El Tamaulipas se quedaba silencio; el visitante ganaba. Pero en cinco minutos, cambió todo; el silencio pasó a ser un ‘manicomio’, Javier ‘Chuleta’ Orozco, aprovechó un descuido de Gonzalo Rocanieri y remató de gran forma para empatar las acciones a los 25.
Tras el empate, Jaiba Brava, dominó, tuvo la pelota y generó por lo menos tres llegadas de gol, que no fueron capitalizadas; llegó el silbatazo de medio tiempo, y la afición celeste tenía un sabor agridulce.
Tras el descanso, Correcaminos, nuevamente empezó con todo en los primeros minutos; tuvo dos oportunidad de marcar en los pies de Francisco Tede y Danilo Verón, pero ambos no supieron tener la mira fina.
La tercera fue la vencida. En una jugada de tiro libre Francisco Tede, nuevamente quedó solo y remató, pero Julio González atajó bien el disparo, los celestes estaban por festejar la gran salvada, pero la pelota quedó muerta en el área, dos jugadores de la Jaiba hicieron de todo por alcanzarla, pero la ambición de Alonso Hernández, delantero de Correcaminos, pudo más, bastó con empujar la pelota y consiguió el 2-1 para los naranjas. Era lo locura en la banca visitante.
Faltaban 30 minutos tras el tanto; Jaiba Brava tenía ese tiempo para responder, pero no podía, Humberto Hernández estuvo en plan grande. No dejó pasar nada. La hinchada de Correcaminos se iba del inmueble, algo feliz, pero molesta, pues era sacada 15 minutos antes del final.
La afición de la Jaiba, se comenzó a desesperar, por sectores comenzaban a abuchear, pero la mayoría tenía la esperanza hasta la última jugada, pero Correcaminos supo controlar bien los embates.
Hernández, árbitro que tuvo una buena labor, dio el pitazo final. Correcaminos rompió una racha negativa de 16 años sin ganar en el Estadio Tamaulipas y se llevó tres puntos a casa. Que dejan a los suyos contentos.
Humberto Hernández fue el más felicitado por sus compañeros, el hombre de la noche, que por las circunstancias, estuvo en el ojo huracán de las críticas y abucheos de la afición local, y aún así, hizo uno de sus mejores encuentros.
Los locales salieron molestos incluso, fueron abucheados y reprochados al momento de entrar a vestidores.
La Jaiba Brava se queda con cinco puntos, Correcaminos llegó a 11 unidades y sobre todo tiene un envío anímico a su favor para las próximas jornadas.