CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La vida de Valeria Maldonado antes de los 22 años, ya no era vida, una enfermedad autoinmune –poliangeítis microscópica- que ataca los vasos sanguíneos y que le provocó fallas en los riñones, le iba apagando la luz, la única opción para recuperarse, era un trasplante renal.
A los 22 años recibió el riñón de su papá, “fue algo muy pesado, un trasplante no es cualquier cosa, se requiere mucho trabajo y mucho cuidado”, dice hoy, llena de luz y alegría, cuatro años después de la cirugía.
Recuerda que tras cuatro meses de someterse a estudios junto con su padre, finalmente llegó el día de la cirugía, fue exitosa, aunque mostró síntomas de rechazo del órgano, finalmente con cuidados y atención médica, logró superar ese obstáculo y salvar su vida.
La vida de Valeria era difícil, técnicamente vivía en el hospital, porque en un lapso de año y medio acudía tres veces por semana, a que le hicieran hemodiálisis.
Eso representaba estar tres horas conectada a una máquina para que le limpiara la sangre, porque sus riñones ya no funcionaban, “yo me hinchaba mucho, estaba bajo medicación”.
Pero además, cuando salía del hospital, tenía que regresar a casa, porque tuvo que dejar la escuela y el trabajo, “tuve que dejar muchas cosas”, como la diversión, los amigos.
Hoy, a punto de llegar a los cinco años de trasplante, su vida ha vuelto a la normalidad, terminó la universidad, es licenciada en Ciencias de la Comunicación, “es como una nueva oportunidad de empezar”.
Considera que la gente no tiene idea de lo mucho que se ayuda a las personas que reciben la donación de un órgano, por eso la invitación a hacer conciencia sobre el tema.
“Es un proceso que las familias sufren mucho, hay el dolor de un ser querido, económicamente es muy complicado y recibir un órgano es como un milagro”, un milagro como el que ella ha vivido.
Es difícil enfrentar la donación
El padre de Valeria, don Gilberto Maldonado, acepta que es muy difícil la donación en vida, porque son estudios, trámites y procesos largos, “uno quiere hacerlo rápido, desgraciadamente no se puede”, pero la satisfacción de dar vida, es incomparable.
Con su hija enfrentó un periodo de cuatro meses para concretar el trasplante, porque incluso hace cuatro años no se tenía la infraestructura para realizar los estudios de compatibilidad.
El proceso del trasplantado es largo, porque de entrada tiene que estar aislado tres meses y seguir al pie de la letra las indicaciones médicas, además de un proceso costoso.
“Sí costoso porque en nuestro caso, tuvimos que construir una habitación nueva para ella, no podía estar en cualquier lugar, su espacio requería mucha higiene, no hay dinero que alcance”.
¿Qué es la Poliangeítis microscópica?
La poliangeítis microscópica es una vasculitis necrosante sistémica, sin depósitos de inmunoglobulina (pauciinmunitaria) que afecta sobre todo, a los pequeños vasos.
Puede comenzar como un síndrome pulmonar-renal con glomerulonefritis de progresión rápida y hemorragia alveolar, aunque el patrón de la enfermedad depende de los órganos
afectados.
El diagnóstico se basa en los signos clínicos y, en algunos casos, se confirma con biopsia. El tratamiento, que depende de la gravedad de la enfermedad, incluye corticoides e inmunosupresores.