MÉXICO.- Después de posponerse dos veces, la final de la Copa Libertadores River vs. Boca finalmente no se jugó ayer.
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, confirmó que el esperado choque tendrá lugar este día, a las 14:00 horas.
“Hay un acuerdo de ambos clubes, pacto de caballeros”, dijo Domínguez a la prensa. La decisión se produce luego de que el bus en que viajaban los integrantes de Boca
fuera atacado en las afueras del estadio Monumental de Argentina por seguidores del equipo oponente. Varios jugadores resultaron heridos, según informó la prensa local.
Atención médica
En un inicio la comisión médica de Conmebol había dicho en un comunicado que las lesiones eran “superficiales” y que no había motivos para cancelar el encuentro.
Sin embargo, medios argentinos señalaron que varios de los xeneizes habían sido afectados con cortes en la piel, astillas de cristal en los ojos y vómitos provocados por los gases que la policía usó para dispersar a los atacantes.
El mediocampista Pablo Pérez y el volante Gonzalo Lomardo reciben atención médica por las lesiones que sufrieron cuando los atacantes apedrearon los cristales del vehículo en que el equipo era transportado al estadio. Otros dos jugadores, Carlos Tevez y Agustín Almendra tampoco estaban en condiciones de jugar.
Frustración y vergüenza
“Es una vergüenza”, posteó en Instagram el médico de Boca, Jorge Pablo Batista, junto a varias imágenes de jugadores con heridas y parches en los ojos.
Rodolfo D´Onofrio, presidente de River, se disculpó con los asistentes al partido y dijo a la prensa sentirse “cansado” y “frustrado”.
“Estas cosas no deberían ocurrir”, comentó. Y agregó que el vehículo en que viajaban los jugadores de Boca no estuvo correctamente protegido.
El secretario de seguridad de Buenos Aires, Marcelo D´Alessandro, dijo a la prensa local que en efectivo hubo “fallas” en el ingreso del bus al estadio. “Hay detenidos y se está investigando por qué se falló en ese anillo de seguridad”, declaró.