MÉXICO. Para unos es solo una droga, para otros puede utilizarse también como tratamiento médico. El debate sobre si el cannabis debería legalizarse para utilizarse como medicina sigue abierto, aunque en México ya se han dado los pasos necesarios para zanjar la polémica: la Cámara de los Diputados ya ha aprobado el dictamen que elimina la prohibición y penalización por el uso medicinal de la marihuana y la investigación científica. La ley se aprobó en abril del año pasado lo que permitió que México formara parte del reducido número de países, junto con Canadá y Portugal, que han legalizado el uso de cannabis con fines médicos.
Según la reforma aprobada, el cannabis ya no se considera un “vegetal prohibido”, de manera que su siembra, cultivo, preparación, adquisición, posesión, comercio, transporte, suministro, empleo y uso para fines médicos y científicos es legal, siempre, eso sí, que lo autorice el Ejecutivo. De hecho, el acceso al cannabis se establece solo a través de farmacias habilitadas y con receta médica.
México apuesta así por potenciar las propiedades terapéuticas y los efectos positivos que la marihuana puede tener para algunos pacientes. Entre los que destacan la reducción del dolor y la mejora de la coordinación motora, así como beneficios en casos de esclerosis múltiple y glaucoma, sin olvidar que también se puede utilizar como terapia paliativa en algunos casos de cáncer y del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
Otros países de Latino América como Chile, Argentina, Colombia, Perú y Puerto Rico también han tomado medidas para legalizar el cannabis para tratamientos médicos. En México hubo varios acontecimientos clave para lograrlo. Desde 2009, por ejemplo, poseer 5 gramos de marihuana dejó ser un delito penal para convertirse en un problema de salud. Y en 2015, Graciela Elizalde se convirtió en la primera paciente de marihuana medicinal mexicana. El otro debate, el de si se debería legalizar la marihuana para uso también recreativo, parece más complejo, sobre todo ahora que el gobierno de López Obrador está dando los primeros pasos para ello.
En México, la producción y el tráfico ilegal de marihuana son parte esencial del conflicto entre el Gobierno y las mafias de criminales y entre los propios delincuentes, un conflicto que genera miles de decenas de muertes. El Ejecutivo espera bajar los índices delictivos cuando el cannabis deje de ser una sustancia prohibida. Es decir, conseguir los mismos efectos que logró cuando legalizó los juegos de azar y casino. Ahora que se puede jugar hasta a través de un celular y de manera virtual, las mafias que se movían en torno al sector se han reducido.
Esta nueva ley para regular la producción, venta y consumo del cannabis podría aprobarse a mediados de 2019. Habrá que esperar hasta entonces para ver si tiene o no el efecto deseado. De momento, para lo que los mexicanos no tienen que esperar es para poder utilizar la marihuana con fines médicos.