Durante 8 años, desde diciembre de 2010, cuando Jorge Sosa Pohl fue destituido de la presidencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) se apoderó de la dirigencia y ejerció su hegemonía.
A lo largo de casi una década en el perredismo tamaulipeco solamente ‘tronaron los chicharrones’ de la corriente que encabezaron a nivel nacional René Bejarano (‘El Señor de las Ligas’) y su esposa Dolores Padierna, actual diputada federal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Tras la destitución de Jorge ‘El Ruso’ Sosa Pohl, ex alcalde de Ciudad Madero, de la presidencia del PRD en la entidad, el comité estatal tuvo como dirigentes a Jorge Valdez Vargas (de Nuevo Laredo), Cuitláhuac Ortega Maldonado y Alberto Sánchez Neri (de Tampico).
Incluso, Jorge Valdez y Cuitláhuac Ortega llegaron a ser diputados locales por la vía de la representación proporcional debido a que ejercieron el control estratégico en la confección de las listas perredistas de candidatos plurinominales al Congreso del Estado.
Sin embargo, Tamaulipas y México viven tiempos de cambio. Los maremotos electorales de 2016 y 2018 dejaron al PRD más que maltrecho: en virtual bancarrota económica y, peor aún, sin credibilidad política.
El histórico ascenso del PAN al poder de la entidad y la aplastante llegada de Andrés Manuel López Obrador y de Morena a la presidencia de la república provocaron una reconfiguración en el escenario estatal y nacional de las fuerzas partidistas, que a su vez se refleja en tremendas sacudidas internas.
Eso es lo que, de manera oficial, comenzó a ocurrir con la sesión extraordinaria del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD realizada el pasado lunes en la Ciudad de México, en donde se estableció el acuerdo de iniciar el procedimiento de expulsión de los líderes de la corriente IDN en Tamaulipas. Una sacudida.
Los perredistas que estarían a punto de ser expulsados del sol azteca son Alberto Sánchez Neri, Cuitláhuac Ortega Maldonado, Lluvia Ortega Maldonado, Sonia Judith Martell Alvarado, Abelardo Garcés Reyes, Elvira Salazar Gutiérrez, Rafael Chirinos Aguilar, Roberto Haro, Ariel Tapia, Jesús Solís Constantino, Elías Hernández y (¿otra vez?) Jorge Osvaldo Valdez Vargas.
El caso del controvertido Jorge Valdez Vargas es singular: el pasado 16 de noviembre, por decisión de la Comisión Nacional Jurisdiccional del PRD, fue expulsado del partido. Tres días después, el ex diputado local difundió una carta de renuncia al perredismo. Ahora, una vez más, su nombre se encuentra en un nuevo expediente para la ‘cancelación de membresía’.
La diferencia es que ahora ‘la barredora’ será aplicada en contra de las otras cabezas visibles de IDN en Tamaulipas, a pesar de que el perredismo perderá posiciones en los Cabildos: Alberto Sánchez Neri y Lluvia Ortega Maldonado, son regidores en Tampico; y Sonia Judith Martell Alvarado es regidora en Nuevo Laredo.
Además, Rafael Chirinos Aguilar fue (¿es?) presidente del comité perredista en Tampico y Abelardo Garcés Reyes fue dirigente del partido en Altamira. Cuiltáhuac Ortega Maldonado, quien ocupó la presidencia estatal del PRD, desde hace meses es el representante estatal del Movimiento Nacional por la Esperanza, organización liderada por René Bejarano en el país.
Todos ellos serán expulsados del perredismo luego de que existen múltiples pruebas (videos y notas periodísticas) de su abierto apoyo a Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de Morena y de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ en la campaña electoral de este año.
El apoyo de ese grupo de perredistas a favor de AMLO iba en contra de los intereses políticos del PRD, que estableció un convenio de coalición con el PAN y MC en los procesos electorales federales (presidencia de la república, senadurías y diputaciones) y locales (alcaldías).
Firmado por Ángel Clemente Ávila Romero, secretario general del CEN del PRD, el acuerdo avaló el arranque del procedimiento para expulsar a quienes ejercieron el control político del PRD en Tamaulipas desde hace ocho años.
De paso, el CEN perredista aprobó por mayoría la designación de Brasil Berlanga Montiel como delegado político y de David Armando Valenzuela Barrios en calidad de delegado financiero para operar el partido en el tierras tamaulipecas.
El órgano directivo también acreditó el nombramiento de José Alfredo Castro Olguín como representante del PRD ante el Consejo General del Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM).
Además, el CEN aprobó la designación de los representantes del sol azteca ante los 22 consejos distritales.
‘Con ello, se le da una nueva dirección política al partido en el estado, con miras a enfrentar en mejores condiciones el proceso electoral para renovar el Congreso del Estado el próximo año’, señaló un boletín de prensa del PRD.
Eso es totalmente cierto: es un viraje al interior (de lo que queda) de la Revolución Democrática, un partido que prácticamente se enfila hacia su extinción.
Y PARA CERRAR…
El Ayuntamiento de Altamira que preside Alma Laura Amparán tomó ayer posesión del relleno sanitario que recibe los desechos de la zona metropolitana.