Pasa hasta en las peores familias, cuando por la puerta entra la austeridad, el amor escapa por la ventana y en estos días donde debe privar la paz y armonía pre navideña, lo que vemos son los pleitos de primer nivel por el aguinaldo, la raya, los bonos, el sucio dinero público que va a parar a bolsillos de los particulares que trabajan haciéndola de administradores del erario.
Supremo, sube de nivel, el debate de la ley de salarios aplicable para los servidores públicos del país, unos se defienden presentando alegatos legales, y el que los apunta con el dedo, insiste que deben ganar menos que el presidente Trump, esto ya se salió de control. Seguimos hablando de dinero, el que se va por el caño de la corrupción, el que se pierde por parar de tajo obras y programas que sí podrían llegar a ser útiles si se aplicarán bien, y ahora debatir sobre las ganancias de los funcionarios.
Leo en El País, la reflexión de “la zona fantasma” del escritor miembro de la Real Academia Española, Javier Marías Franco la titula Fomento del resentimiento, y presenta un análisis global sobre la situación política y social actual que lleva al ciudadano común a sentirse resentido, con todo y con todos. Hace un recuento de su historia familiar, en época de guerra en España, luego da un salto a la actualidad y describe cómo es que estamos sacando el enojo hasta en las redes sociales. En su análisis sostiene que todo mundo puede estar resentido por algo, incluso los más privilegiados sientan que se les falta al respeto o no se les hace suficiente justicia en algo.
“La lucha por el poder es legítima, tanto como la aspiración a mejorar y progresar, a acabar con las desigualdades feroces y no digamos con la pobreza extrema. Pero se están abriendo paso, en demasiados lugares, políticos que más bien buscan fomentar el resentimiento de cualquier capa de la población” cita el escritor español, en alusión a Trump, pero también critica a políticos de Francia, Italia, España y Brasil. “El mundo está recorrido por políticos que quieren fomentar y dar rienda suelta al resentimiento subjetivo y personal, el cual anida en todo individuo con motivo o sin él, hasta en los multimillonarios.”
En México, en años resientes se calificó al resentimiento generalizado como “un mal humor social” que creíamos cambiaría el rostro el día uno de diciembre, no se transformó, solo muto, el encono sigue y ahora no solo están molestos a los que por cien años ha fallado la justicia social, se enojan también los ricos, los que por generaciones se han mantenido en la opulencia gracias a su presencia en las nóminas burocráticas, el presidente LÓPEZ OBRADOR no ha tanteado bien los alcances del mal humor de la gente pudiente, no puede ni debe seguir enfrascado en pleitos estériles que desencantan.
La controversia por la Ley de Remuneraciones de Servidores Públicos cala hondo en casi la mitad de la república, pues la nómina gubernamental a nivel federal y también en los estados ha crecido desproporcionalmente, cada que llega un nuevo grupo político al poder, acomoda a sus cercanos, así lo descubrió apenas el nuevo gabinete, y desarraigar esta costumbre va a traer más encono del que ya prevalece en la nación.
En Boca Cerrada
Hablando de desigualdad salarial, precisamente el INEGI da a conocer los resultados de la valoración económica del trabajo no remunerado, que en los hogares se realiza para la satisfacción de sus necesidades, el reporte indica que el año pasado en labores domésticas y cuidados se alcanzó un nivel equivalente a 5.1 billones de pesos, lo que significó el 23.3 por ciento del PIB del país.
Desde luego se confirma que la mayor parte de las tareas domésticas son realizadas por las mujeres, con el 76.7 por ciento del tiempo que se ocupa para estas labores.
@LupitaEscobedoConde