ALTAMIRA, Tamaulipas.- Los productores de la zona agrícola y ganadera de Altamira, esperan que pueda retomarse el proyecto de la Presa del Tamesí, en la zona metropolitana del sur de Tamaulipas.
José Enríquez Reyes, dirigente de la Confederación Nacional Campesina , informó que hay condiciones en el actual gobierno federal, para que se impulse un proyecto de esta naturaleza.
En la región campesina y agrícola de Altamira, Aldama y González, suman 14 meses sin lluvia en cantidades suficientes, para la siembra de soya y sorgo.
“En total, suman dos ciclos que no hay condiciones para establecer el cultivo y con la construcción de la presa, habría condiciones para poder solventar los periodos de seca”, dijo.
El planteamiento, dijo que se espera que pueda ser reconsiderado por parte de la Federación, luego de que durante los primeros días, todo indica que se trata de la aplicación de políticas públicas que buscan establecer proyectos a largo plazo, para las comunidades más afectadas por la falta de dinero.
“Lo que vemos es que a través del gobierno federal, se pueden encontrar coincidencias con las políticas que en el pasado, aplicaron recursos no para mantener a ‘flote’ al campo, sino para incentivar la producción”, dijo.
Las estaciones en la actualidad, prevén una inversión de 6 mil millones de pesos para su construcción, entre la cuenca del Río del Tamesí y la cuenca hidrólogíca del Río Guayalejo.
De acuerdo con el proyecto ejecutivo que fue presentado en 1982 por primera vez, en la región sur de la entidad se planteó la constriucción, basado en la aportación de agua dulce para 21 comunidades agrícolas de Altamira y 6 poblaciones de la zona norte del estado de Veracruz.
Los documentos consultados, revelan que durante 2010 fue ‘encarpetado’ el planteamiento por parte de la Comisión Nacional del Agua, sin un motivo aparente o que fuera dado a conocer.
La presa, explicó que vendría a generar agua suficiente para incentivar la producción en el campo del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz.
La construcción del complejo causaría beneficios directos a 8 mil 357 productores del campo (sector social y privado), que dependen del agua que consiguen reunir en pequeños embalses y represas.