Por regla, los primeros días del año nos invade el optimismo y nos contagiamos de los buenos deseos que pululan en el medio ambiente, es una buena tregua para encajonar el mal humor y cargarnos de energía para enfrentar con valentía y buena cara lo que venga. En el club de los optimistas todos están muy contentos por los centavos que se le quitaron al costo de la gasolina, otros madrugaron el segundo día del año para enlistarse en la becas ninis, hubo quienes, en las primeras horas del 2019 replicaron en redes los mensajes de año nuevo del presidente y su esposa, ANDRÉS y BEATRIZ conmovieron por la buena vibra que les emana desde la limpia de los chamanes.
Y en el otro lado de la cancha, los pesimistas, que no son otra cosa que optimistas con más información, también sucumbieron a la temporada y se volvieron un poco más tenues, dan el beneficio de la duda al gobierno que tiene un segundo respiro con la entrada del año nuevo. Es como vuelta a la página y volver a empezar, ahora sí con el pie derecho. Los analistas políticos y de asuntos de la nación han iniciado con mesura, sin embargo, no se puede quitar el dedo del renglón sobre lo que viene.
Predicen que aumentará el flujo de migrantes, crecerá la división de la patria por ideologías y partidismo banales y no será tan fácil salir de la crisis de inseguridad que aqueja por todas las regiones. Además se pronostican malas rachas para la aplicación de los programas sociales, afectando en gran medida a los que menos tienen, los de siempre pagarán los platos rotos de los nuevos gobernantes.
Al parecer, iniciamos este nuevo ciclo, como acabamos el año anterior, con más malas noticias que buenas, sin embargo debemos mantenernos positivos y colaborativos, no basta solo hacer ver la paja en el ojo ajeno, tendremos que centrarnos en lo que podamos aportar para hacer una mejor comunidad. Las alternancias políticas nos han enseñado que quienes administran el dinero público casi siempre se equivocan, que una vez que alcanzan el poder ven sólo por sí mismos y se olvidan de las promesas de campaña, por eso no deberíamos atenernos a que por
decreto nos resuelvan todo.
El 2019 también será año electoral, aunque con penurias, pues la reducción del presupuesto pone en riesgo la realización de las elecciones, porque como lo expone el presidente del INE LORENZO CÓRDOVA, se afecta a la clase trabajadora de este organismo operativo, pero no se quita un centavo a los partidos políticos. En este tema, los tamaulipecos que solo votaremos por el Legislativo local en junio, empezamos con el pie izquierdo, mal y de malas, con un proceso que inició en septiembre pasado y que en el organismo local aún no se terminan de acomodarse, apenas renunció uno, colocan otra interina, luego toma protesta MIGUEL ÁNGEL CHÁVEZ como consejero presidente del IETAM para sólo estar once meses y dejar acéfala otra vez esa presidencia.
En general, las cosas en el país siguen igual, con un cambio importante en la administración federal, que conlleva más cambios estructurales, pero se perciben confusos.
En Boca Cerrada
Tamaulipas inicia bien el año, con ajustes importantes en impuestos sobre todo en la franja fronteriza, en buena hora se alcanzan acuerdos que vendrán a mejorar la economía. Bajan combustibles, se elimina la tenencia y se anuncia la primera visita del presidente para esta región donde muy seguramente dejará buenas noticias.