GRAN BRETAÑA.- El pequeño se aferró a la vida solo para conocer a su hermana recién nacida, a quién le diría hola y adiós en un mismo instante. Las personas que asistan a su funeral vestirán con traje de superhéroes, pues en vida él fue uno.
Al niño de origen británico, le detectaron cáncer terminal en etapa 3, lo que significa que ya estaba muy avanzado. Las quimioterapias lo mantuvieron con vida en su momento, pero en 2017 tuvo una “recaída”; amarrado a la vida y en plena Nochebuena murió luego de haber conocido y cargado a su pequeña hermana que acababa de nacer.
Los padres y familiares de Bailey pasaron la Navidad entre colores grises, pues por un lado eran felices ya que, la llegada de Millie (nombre que le puso el pequeño antes de partir) los tenía contentos, pero la tristeza de no volver más a su otro pequeño de 9 años los tenía deshechos. Aunque el diagnóstico de los médicos era que el pequeño se marcharía antes del nacimiento de Millie,
“Estaba determinado a conocer a Millie… La abrazó e hizo todo lo que un hermano mayor haría , la cambió, la bañó y le cantó”, mencionó su madre.
Bailey planeó su funeral antes de morir y llamó egoísta a su abuela, quién hubiese dado la vida por él para que no se marchara.
“A las 11:45 a.m. en Nochebuena, estábamos al lado de su cama. Sabíamos que no pasaría mucho tiempo. Le dijimos, ‘Es tiempo de irte’, Bailey. Detente”. En el momento que le dijimos ‘Detente’ tomó su último suspiro y una lágrima rodó por su mejilla. Se fue en paz.
Con información de La Verdad