Ayer realizamos una breve visita al viejo edificio de lo que fuera la importante Planta Industrializadora de Productos Vegetales de Llera y que la gente llamó Planta de Cítricos porque en ese lugar se recibía el limón agrio que era molido a fin de extraer su jugo para producir el aceite que era exportado hacia países de Europa como Inglaterra, Francia, España, Irlanda incluyendo Norteamérica, producto que servía para elaborar perfumes y alimentos.
El aceite era envasado en tanques de doscientos litros en tanto que la cascarilla se enviaba a través de camiones dentro y fuera del país; industria primera en su estilo que tuvo el país gracias a los buenos oficios del Ingeniero Marte R. Gómez y de un grupo de amigos suyos que prestaban sus servicios profesionales al gobierno federal, razón por la cual y observando el auge citrícola que alcanzaba se vinieron a establecer a la entrada del pueblo de mis mayores donde aún se pueden observar las que fueron sus residencias habitadas por quienes eran sus dueños el propio
Marte R. Gómez, el Ingeniero Rubén Morales y el profesor Francisco Nicodemo.
El Ingeniero Gómez aparte de haber sido Gobernador del Estado también se desempeñó como Secretario de Agricultura y Ganadería, Gerente Nacional de empresas relacionadas con el campo, Director de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo México e incluso Embajador de México en varios países del mundo llegando incluso a pertenecer a La Gran Logia “José Escandón No. 31” de Llera.
Uno de sus principales proyectos hidráulicos fue la de construir una gran presa que sirviera para alimentar de agua el campo creando así el Primer Sistema de Riego que tuviera el estado de Tamaulipas, convirtiendo el municipio en una prospera región citrícola y turística.
Durante sus vacaciones solía venirse con su familia a Llera recibiendo en su casa a la gente donde tenía por costumbre invitarlos a comer y ahí platicar sus anécdotas y proyectos políticos por venir.
No había distinción para nadie.
Dentro sus invitados había Secretarios de Estado, Gobernadores, senadores, diputados, industriales, estudiantes e incluso ex Presidentes de México como lo fue el general Lázaro Cárdenas del Río.
Sus hijas, bien lo recuerdo solían pasear a caballo, recorrer las calles del pueblo de mis mayores y de vez en cuando dar la vuelta por la plaza principal.
Pues bien he querido traer a colación lo anterior porque hemos escuchado que el alcalde Héctor de la Torre Valenzuela alimenta el proyecto de revivir el auge citrícola de Llera, lo que de
llevarse a cabo le regresaría al pueblo de mis ilustres antepasados su antiguo esplendor y permitiría ir más allá del común denominador de otras municipalidades.
En fin solo resta agregar que en dos que tres ocasiones quien esto escribe tuvo la oportunidad de visitarlo tanto en la Ciudad de México como en su casa de Llera e incluso era común verlo como él mismo se encargaba de arreglar la cerca de alambre de púas de su finca y platicar campechanamente con la gente.
Su sencillez, cultura y rectitud no tenía límites.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE