Tlahuelilpan, Hidalgo.-No obstante haber llegado horas antes que los pobladores al sitio de la fuga en el kilómetro 226 del ducto Tuxpan-Tula, soldados del Ejército no pudieron evitar la ordeña ni dispersar a pobladores de Tlalhuelilpan antes de la explosión.
La tragedia había cobrado hasta anoche la vida de 76 personas y 71 heridos, la mayoría de extrema gravedad.
Avisados de la fuga, un destacamento de 25 soldados y decenas de policías estatales arribaron sobre las cuatro de la tarde al punto pero no fue acordonaron ni bloquearon para impedir el paso de personas que acudieron con bidones y tambos para hacerse de gasolina durante dos horas ante la vista de los uniformados.
Los soldados llamaron al orden y advirtieron de una posible conflagración, pero no fueron atendidos.
“Los soldados sí pusieron orden, querían detener a la gente, pero era mucha gente. Nada más que somos necios, somos necios. Sí querían poner orden, pero no se pudo. La gente no obedecemos, se burla uno de ellos”, comentó Gerardo, un albañil de la Colonia San Primitivo.
La Fiscalía General informó que el roce de ropas sintéticas entre la multitud habría generado una chispa que inflamó el derrame de unos 10 mil barriles de gasolina.
“Es sumamente difícil que 25 hombres puedan contener a 600, 800 personas. No puede haber un esfuerzo para buscar detenerlos, nunca lo van a lograr, y más si están convencidos de querer ir por el producto”, admitió ayer el Secretario de la Defensa, Luis Sandoval.
“Es mejor evitar esa confrontación. Al verse rebasados completamente por la cantidad de gente que está enfrente de ellos, es lo mejor para ambas partes retirarse”, añadió.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la actuación del Ejército y advirtió que continuará el plan gubernamental contra el huachicoleo.
“Esto no es un asunto policiaco o militar, no se resuelve con medidas coercitivas”, indicó.
El incidente de Tlahuelilpan, dijo, es doloroso, pero “aleccionador”, y exhortó a la población a que no participe en el huachicoleo y mejor se inscriba en los programas del Gobierno.
En Tlalhuelilpan no había gasolina desde hace dos semanas, a pesar de que la Refinería de Tula está a 14 kilómetros. El ducto estaba cerrado desde antes de Navidad.
“Vecinos me dijeron que aquí estaban regalando gasolina” dice Sergio Pedraza, de 24 años, testigo de los hechos.
“Es un pueblo huachicolero. De hecho se reparten las tomas. Dicen: ‘ésta es mi toma y yo saco aquí y otro allá’. Son vecinos, hasta conocidos, amigos, y te decían ‘es que no hay presión, vamos en las noches a picarle’ y no sale. Nosotros también la comprábamos. De comprarla en 6 pesos a comprarla en 20 pesos, mejor en 6 pesos”, agrega.