PT, MC, PVEM y PRD, muestran indolencia a participar en las elecciones
Entre el PAN, PRI y Morena, se reparten cerca de 150 millones de pesos
Al tricolor le interesaría ganar sólo siete distritos y sus pares van por todo
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A partir de hoy se darán los primeros ‘destapes’, ya en forma, de aspirantes al Congreso local, al abrirse oficialmente la etapa de precampañas que, por cierto, culminará el próximo 18 de febrero.
Hasta el momento el Partido Acción Nacional (PAN) no ha publicado la convocatoria para seleccionar candidatos de mayoría relativa, aunque ya lo hicieron (primero) Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y (luego) el Revolucionario Institucional (PRI).
De acuerdo con la reglamentación este día igual vence el plazo para el registro de coaliciones o candidaturas comunes, sin que asome ninguna. Al menos, no, formalmente, lo que lleva a suponer que la mentada chiquillada, con derecho a participar, pero sin prerrogativas (PT, PVEM, PRD y MC), ya transita su extinción en la geografía estatal porque sus dirigencias, simple y llanamente, no lograron vender ‘su capital político-electoral’ a las instancias que dominan el mosaico tamaulipeco.
Así que los cuatro membretes están destinados a perder su registro en el estado, como en septiembre de 2018 ocurrió con el Panal y el PES, al no alcanzar el porcentaje mínimo del tres por ciento requerido en la legislación electoral nacional.
En fin, para no desviarnos del tema, le comento que en este ejercicio electoral hay una bolsa de 149 millones 45 mil 541 pesos con 64 centavos a repartirse entre el albiceleste, el tricolor y Morena, para actividades ordinarias permanentes (139 millones 294 mil 898 pesos con 73 centavos) y actividades específicas como entidades de interés público (4 millones 178 mil 846.96 pesos); amén del financiamiento público para franquicias postales (5 millones 571 mil 795 pesos con 95 centavos) que incluye a los siete membretes y los candidatos independientes.
De los 139 millones 294 mil 898 pesos 73 centavos el 30% se repartirá en tres partes iguales (13 millones 29 mil 489 pesos con 87 centavos), pero conforme a la votación alcanzada en el proceso local 2018, el restante 70% elevará el financiamiento público de los partidos por lo que Acción Nacional recibirá en 2019, 67 millones 543 mil 204 pesos con 90 centavos; el PRI 52 millones 837 mil 870 pesos con 31 centavos; y Morena 18 millones 913 mil 823 pesos con 51 centavos.
Así que ninguna de estas tres instituciones podría argumentar crisis en el desarrollo de sus actividades, pues la misma legislación les permite recibir en tiempos electorales aportaciones privadas hasta por 103 millones 379 mil 428 pesos.
Bajo este esquema, el más perjudicado sería el PRI, ya que el PAN es el organismo que recibirá mayores recursos y además cuenta con el apoyo del Gobierno estatal; Morena, ni se diga, con el respaldo federal que quizás no llegue en especie, pero sí a través de acciones como la marcada hace días por el presidente Andrés Manuel López Obrador quien ofreció, en Reynosa, un apoyo de dos mil millones de pesos para invertirse en infraestructura del municipio y otros dos igualmente fronterizos: Nuevo Laredo y Matamoros.
No descarto que en lo sucesivo visite el centro y sur de Tamaulipas pa’ también traer carretadas de dinero en la víspera electoral.
Y qué bueno que así ocurriera, pues el más favorecido sería el estado.
Prospectos priistas
El paisaje político-electoral que asoma en el actual proceso para conformar la LXIV Legislatura del Congreso local, no ofrece primacía a ninguno de los tres partidos con registro oficial (todavía), a 133 días de la jornada comicial, que tendrá lugar el 2 de junio próximo.
Y por ello, en el PRI, asoma la presunción de adjudicarse siete curules uninominales –actualmente ostenta cinco de 22–, en tanto el PAN buscaría conservar las 16 que mantiene en la actual edición cameral; y Morena le apostaría al efecto lópezobradorista para lograr el control parlamentario.
Hace días fueron publicadas las convocatorias de Morena y del tricolor para la selección de sus candidatos.
Por eso, hasta donde advierto, el PRI jugaría con todo en los distritos I (con cabecera en Nuevo Laredo), VIII (Río Bravo) y XV (Victoria) –donde la elección de candidatos se hará mediante la convención de delegados–, así como en el III (Nuevo Laredo), X (Matamoros), XVII (Ciudad Mante) y XVIII (Altamira), cuyas postulaciones serían verticales.
En esas demarcaciones quienes más suenan para ser nominados son:
I) Jesús Alejandro Valdez Zermeño, quien fuera presidente del Comité Municipal del PRI, cuando Yahleel Abdala Carmona, la hoy lideresa estatal, ocupaba la Secretaría General. Actualmente, él despacha como regidor del ayuntamiento neolaredense. Por ese mismo distrito, pero con posibilidades menores, se placean Mónica García Velázquez y Ana Laura Anzaldúa.
III) Claudia Janeth Ochoa Íñiguez, quien reclama la nominación por su quehacer político allá en la llamada ‘frontera chica’ (Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo y Gustavo Díaz Ordaz) y su quehacer legislativo federal (fue suplente de Yahleel).
VIII) Copitzi Yesenia Hernández García. Va por la reelección, luego de haber dejado la curul local por algunos meses en manos de Irasema Reyna Elizondo (su suplente) –ella en pleno ejercicio legislativo renunció al tricolor declarándose simpatizante del albiceleste–, para buscar la alcaldía, pero al ser derrotada se reincorporó al Congreso.
X) Anto Adán Marte Tláloc Tovar García. También busca ser reelecto y hasta eso, cuenta con capital político en la zona urbana de Matamoros, aun cuando se separó de la curul para buscar la presidencia municipal, que, por veredicto ciudadano, quedó en manos de Morena.
XV) Alejandro Etienne Llano –hoy todavía diputado local (plurinominal) –, cuya presencia entre la estructura victorense la ha mantenido desde que presidió la alcaldía y eso mismo lo convierte en precandidato natural para ir en pos de una diputación de mayoría relativa.
XVII) Bruno Díaz Lara. A pulso se ganó la dirigencia del priismo juvenil y hasta eso, sin padrino, según cuenta. No llega a los 25 abriles. Pero tiene aceptación en el distrito. Y aunque lo han querido seducir otros membretes, para su postulación, él mantiene firme su militancia tricolor.
XVIII) Eulogio Sánchez de la Rosa. Fue dirigente municipal priista. Lo apadrina el grupo Carrillo (Sergio, Pedro y Griselda) que, admítase o no, es el que manda en Altamira dentro del priismo. De ahí a que sea el aspirante más posicionado en esa comarca, aunque también levantan la mano César Gallegos Balderrama y Faisal Smer Silva.
Otros que ambicionan la nominación son: Mónica González García (va en pos de la reelección) y Gerardo de la Cruz Carrillo, por el distrito XI, con cabecera en Matamoros; Juan Carlos Córdova Espinosa, igual persigue ser reelecto por el distrito XII (Matamoros); Carlos Morris Torre, también quiere repetir por el distrito XIV (Victoria); Bertha Vázquez Alonso, la dirigente del Onmpri en Altamira, se placea en el distrito XIX (Miramar); y Ricardo Garza Narváez lo hace en el XXI (Tampico).
Los panistas
En el resto de los distritos electorales –II, IV, V, VI, VII, IX, XIII, XVI, XX y XXII, o sea, 10–, no asoman todavía militantes priistas con capacidad de convocatoria estructural, considerando que la elección se ganaría con el voto corporativo, aunque Morena buscaría abrir el proceso comicial a toda la población (que es lo correcto y está en todo su derecho), porque
carece de una nomenclatura que le dé certeza de triunfo.
Respecto al PAN, su dirigencia estatal haría bien en abrir el abanico a todas las expresiones interpartidistas, puesto que hay alcaldes que juegan a las contras con su mal ejercicio y eso, a la hora de la votación, podría ser un factor determinante.
De cualquier forma aparecen en el escenario, por los distritos:
I) Con cabecera en Nuevo Laredo, Imelda San Miguel Sánchez, quien actualmente ocupa la Secretaría de Obras Públicas del Ayuntamiento; fue regidora y candidata suplente a la cámara alta (en fórmula con María Elena Figueroa Smith). Pero su postulación depende en mucho de lo que opine el alcalde en funciones, según dicen los panegiristas del munícipe.
II) También representando a NL, ya levantó su mano Manuel Canales Bermea –suplente del diputado federal Salvador Rosas Quintanilla–, quien fuera regidor y aún es segundo vicepresidente de la Asociación de Agentes Aduanales.
III) Glafiro Salinas Mendiola, jugaría su reelección en este distrito de la frontera. Actualmente preside la Junta de Coordinación Política del Congreso local.
IV) Juana Alicia Sánchez Jiménez. Igual iría por su reelección –allá en Reynosa–, bajo la premisa de que hay que frenar el ‘chaqueteo’ político de la edil Maki Esther Ortiz Domínguez.
V) Carlos Peña Ortiz (hijo de la alcaldesa de Reynosa), quien ocupara por un breve lapso la dirección del DIF municipal.
VI) Francisco Garza de Coss, el ex dirigente estatal, quien funge como representante gubernamental en la frontera. Cuenta con experiencia en los quehaceres camerales y es harto conocido en Reynosa.
VII) Gerardo Peña Flores, secretario de Bienestar Social del Gobierno estatal. Otrora aspiró a la candidatura senatorial y es la carta más fuerte de Acción Nacional en la tierra del mandatario estatal.
VIII) Roxana Gómez Pérez, la jefa de la Oficina Fiscal en Río Bravo.
X) Héctor Escobar Salazar, actualmente secretario de Educación, iría por el distrito matamorense.
XI (Matamoros): Verónica Salazar Vázquez, quien contendiera por una diputación federal en 2018 y antes, en 2016, por la alcaldía.
XII) Gloria Ivette Bermea Vázquez, esposa del secretario de Economía del Gobierno estatal y ex diputado Carlos García González, jugaría también por Matamoros, aunque existe la percepción de que Morena la repetiría la dosis al albiceleste.
XIV) Arturo Soto Alemán, en la cabecera distrital (Victoria), es el único aspirante que abiertamente acepta su aspiración. Ya contendió por la curul federal y la alcaldía con buenos resultados. Y eso lo convierte en candidato natural, aunque hay quien dice que merece ir por la vía plurinominal; pero a fin de evitarse sorpresas, el alto mando estatal lo jugaría por el principio de mayoría relativa.
XV) En este otro distrito victorense, parece que no va la subsecretaria de Legalidad y Servicios Gubernamentales (Gloria Elena Garza Jiménez), lo que abre la puerta a María del Pilar Gómez Leal (actualmente encargada del Instituto de Investigaciones Parlamentarias).
XVIII) Miguel Gómez Orta busca el distrito de Altamira. Es actualmente representante del Gobierno del Estado en la zona sur.
XIX) Tiene su cabecera en Miramar donde se dice fuerte y quedito que el nominado sería Agustín de la Huerta Mejía, quien aún despacha como director del Conalep.
XX) Joaquín Hernández Correa repetiría en este distrito, con cabecera en Ciudad Madero, pero esta vez teniendo en contra al alcalde de Morena.
XXI) Edmundo Morón Manzur, quien fundara la asociación ‘Jóvenes con Cabeza, jóvenes con pasión’, es en el distrito tampiqueño el aspirante más posicionado. Es suplente del senador Ismael
García Cabeza de Vaca y delegado en la zona norte del ayuntamiento que preside Jesús Nader Nasrallah.
XXII) Con cabecera también en el puerto jaibo, podría tener como candidata a Rosa María González Azcárraga. La sobrina del ex alcalde priista seducido hoy por Morena, Fernando Azcárraga López.
Respecto a los distritos IX (Valle Hermoso), XIII (San Fernando), XVI (Xicoténcatl) y XVII (El Mante), la militancia albiceleste permanece quieta, Pero a partir de este día podría empezar a manifestarse tras recibir ‘línea’ de su dirigente estatal (Francisco Elizondo Salazar).
Morena, a la deriva
Cierto es que aquí en Tamaulipas Morena y sus aliados se alzaron con la mayoría de posiciones en el Congreso de la Unión en el proceso electoral inmediato: los dos escaños senatoriales de mayoría relativa y seis curules por el mismo principio; en tanto Acción Nacional logró el escaño de primera minoría, dos diputaciones uninominales y una plurinominal; MC, una de mayoría
relativa y el PRI una también pero de representación proporcional.
En la edición local, el membrete albiceleste mantuvo la mayoría de las alcaldías (31 de 43), Morena ganó cinco (entre ellas Matamoros y Madero), mientras el tricolor apenas logró seis; y un independiente, otra.
Acudo a la estadística porque el efecto lópezobradorista en 2018 pegó fuerte aquí en el estado, dada la inconformidad poblacional, simplemente.
Y esto por lo tanto, no significa un posicionamiento real del partido que inventó Andrés Manuel López Obrador, aunque su marca siga vendiéndose a lo largo y ancho del país.
De ahí que asomen complicaciones en Morena para elegir candidatos, en este proceso, dado que sus cuadros dirigentes adolecen de credibilidad y su parca militancia no es garantía de nada.
Y lo digo con pleno conocimiento de causa.
Sobre todo, cuando en la elección de 22 diputados uninominales no se aprecian figuras con capacidad de convocatoria.
Así que su participación sería anodina al menos que postularan figuras externas. Tanto emergidas del PAN como del PRI, pues, de lo contrario, los candidatos le apostarían al mentado ‘Peje’, quien esta vez no figurará en la boleta electoral y hasta eso, en una contienda donde el corporativismo será el factor dominante.
Es decir, la lid se resolverá en base a la participación estructural de los partidos participantes.
Por eso preveo difícil, aunque no es imposible, que Morena obtenga el control legislativo de Tamaulipas, aunque por la inercia misma podría lograr entre cuatro y seis curules locales.
En fin, este baile apenas comienza.