Oaxaca.- Con apenas 12 años de edad, Alfonso Rodríguez falleció en el patio de su escuela mientras realizaba una clase de educación física. El médico Javier Hernández dictaminó que el menor tenía obstrucción de arterias coronarias e hígado graso, factores que le desencadenaron un infarto al miocardio.
La muerte de Poncho, como era conocido, se viralizó en redes sociales, sus padres decidieron compartir su historia y caso para evitar más muertes de niños como la de Poncho.
El caso llegó hasta la doctora Aleyda Pérez Herrera, del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) en Oaxaca, quien inició un estudio que busca combatir la obesidad infantil a través de una dieta nativa.
En entrevista para la agencia EFE, Aleyda indicó que con este estudio se busca determinar qué tanto se incluye en la dieta de los niños los alimentos nativos y cómo pueden estos influir en la disminución del peso, la doctora la doctora en nutrigenómica por la Universidad de Córdoba.
El proyecto, que se realiza de manera conjunta con el Centro Médico Nacional Siglo XXI, incluye a 200 niños de 12 años, 100 de ellos con obesidad y 100 con peso normal.
Con el programa se ofrecen opciones a los niños que tienen sobrepeso u obesidad para que aprendan a comer y las cantidades que deben consumir, pues se les proporciona una dieta y se les da seguimiento cada tres semanas en las que se les pesa y se les cambia de dieta de manera personalizada.
Además, señaló, se otorgan talleres para que los niños aprendan a construir el Plato del Bien Comer pero con inclusión de productos que se producen en la entidad.
El estudio, explicó la especialista, tiene varios objetivos, entre ellos, está entender la relación que tiene la dieta de los niños, en este caso, oaxaqueños, en la modificación benéfica de la microbiota intestinal.
Además de conocer cómo influyen las mutaciones genéticas para que los niños sean propensos a padecer enfermedades metabólicas y desarrollar obesidad.
“Se ha visto que niños con obesidad tienen menor número de copias del gen de la amilasa lo que provoca que tengan una menor capacidad de degradar el almidón, lo que los lleva a desarrollar este padecimiento”, dijo Pérez Herrera.
Explicó que en la actualidad, los niños han dejado de consumir alimentos que antes se consumían más comúnmente como por ejemplo los hongos silvestres, la guayaba, la chia, el cacahuate, el aguacate y el tomate verde de milpa.
Con algunos de estos alimentos como el tomate verde de milpa se trabaja también, de manera conjunta con otros investigadores del CIIDIR, para diversificar su consumo y ampliar el conocimiento de su utilización en la alimentación de los niños, no solo para la elaboración de salsas, si no en snacks y dulces, entre otros.
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