MÉXICO. La llegada del primer hijo (lo saben bien quienes lo han experimentado) es el acontecimiento más emocionante que una persona tendrá a lo largo de su existencia. Un hecho que cambia todo lo que alguna vez fue. El mundo toma otro color, las cosas encuentra nuevos significados -algunos asombroso-. Todo es atractivamente distinto. Lo más cerca de la dicha, quizás.
Pero, al parecer, todo ese idilio se derrumba con el arribo del segundo niño. Sí, según un mega estudio australiano recientemente publicado, la “segunda bendición” nos vuelve, en términos simples, “locos”.
La investigación, que se ha basado en una encuesta sobre hogares, ingresos y dinámicas laborales en Australia (HILDA), que se hizo a 20.000 personas durante 16 años, analiza cómo afectan el nacimiento y la crianza de los hijos a la salud de los padres, tanto a corto como a largo plazo. Las conclusiones apuntan a que el segundo genera mucho más estrés que el primero, sobre todo a las madres. Pero la culpa no sería del pequeño.
El segundo genera mucho más estrés que el primero, sobre todo a las madres.. Los padres, por su parte, aunque también ven un deterioro de su salud mental en un principio, no lo sufren a largo plazo, según las conclusiones del estudio.
Las mujeres soportan la mayor parte de la carga
En Australia, donde se realizó el estudio, las mujeres les dedican más tiempo a los hijos que los hombres. Por ejemplo: allí, ellas cuentan con un año de baja por maternidad mientras ellos, en cambio, siguen trabajando. Esto hace que la mayor parte de la carga de los niños recaiga sobre ellas. La cosa no es muy distinta en nuestro país, donde a las mujeres se les otorga una licencia de 90 días pagos (extensibles) en tanto que sólo dispone 2 para los hombres.
La llegada de un segundo hijo incrementa las exigencias y, lejos de facilitar las cosas, las empeora: aumenta las diferencias entre los roles y produce mayor estrés en las madres, un estado biológico que puede favorecer al desarrollo de graves problemas de salud. Los padres, por su parte, aunque también ven un deterioro de su salud mental en un principio, no lo sufren a largo plazo, según las conclusiones del estudio.
“El efecto sobre la salud mental es incuestionable, pero lo que lo empeora no es el hecho de tener un segundo hijo sino la falta de corresponsabilidad doméstica, además de las condiciones económicas y sociales”, le explica al País de España, Alberto Soler, psicólogo especializado en crianza y autor del libro Hijos y padres felices: Cómo disfrutar la crianza. Parece que el estudio de Australia tiene un enfoque tendencioso.
CON INFORMACION DE CLARIN.