E
l alcalde de Victoria, Xicoténcatl González Uresti, le molesta que le pregunten, que le cuestionen, le incomoda la crítica y reacciona, entonces se muestra intolerante y hasta violento mientras que sus ‘asesores’ le festejan, le atizan… lo hunden.
Así es mis queridos boes, ayer en la rueda de prensa, tras la atropellada sesión de Cabildo donde cuidamos protestaron por la falta de agua en varios sectores de la capital, el alcalde volvió a perder la compostura.
Un periodista le preguntó sobre sus próximos viajes a España e India, porque uno al googlear sobre los encuentros que dice que lo han requerido, con todo y gastos pagados, no aparece información en uno de ellos y en el otro en la lista de ponentes, entre los que él se anotó no aparece su nombre, ni su foto, ni la ponencia que dice que lleva.
Previa sonrisa burlona, o tal vez de hartazgo, o de impotencia, sabrá Dios de que, Xico dejó el podio, tomó lo que aseguró era el oficio de invitación y casi se lo ‘unta’ al periodista en la cara, ante la risa del Secretario del Ayuntamiento José Luis Liceaga De León y el resto del ‘séquito’ municipal.
Para muchos fue una agresión, para el periodista sólo fue uno más de los arranques de Xico quien no ha entendido que está sujeto al escrutinio, al cuestionamiento de la prensa y de cualquier ciudadano.
Pero más allá de la grosería que ayer el alcalde le hizo al periodista Antonio Hernández Mandujano, es evidente que el tema del viaje al alcalde le incomoda y creo saber porque.
Ya se ha de haber dado cuenta que ante el anuncio de que se va a Europa y Asia y que además planea más viajes a otras latitudes, invitado porque supuestamente su forma de gobernar ha llamado la atención en el mundo, ha generado animadversión en Victoria, burlas e incredulidad.
Porque presume las invitaciones como si éstas le colocaran como uno de los mejores alcaldes del mundo, invitaciones que dicho sea de paso son de organismos internacionales, no gubernamentales que acostumbran ‘dorarle la píldora’ a funcionarios ‘ingenuos’ para inflarles el ego y eso les aseguro no sale gratis.
Tal vez alguien de los pocos a los que escucha el Alcalde ya le dijo que la opinión pública en Victoria cuestiona su viaje a presumir su gobierno, cuando la ciudad está en una de sus peores crisis de servicios públicos.
Las calles, en un 90 por ciento, dicho por él, están atestadas de baches, el camión de la basura dejó de pasar como un relojito como lo hacía en la administración pasada y hoy los montones de basura son la constante por doquier.
Además, pese a su promesa de que desde el primer día de gobierno solucionaría la terrible bronca de abasto de agua, a más de cien días en ese sentido las cosas empeoran.
Acabamos de pasar un corte casi general de dos días, cuando no nos habíamos repuesto de un corte similar y no estamos en temporada de estiaje.
No hay, un solo anuncio de obra para la ciudad que administra y si mucho baile, muchos besos, muchas parrandas.
No lo digo solo yo, se lee en las redes sociales, se comenta en los comederos políticos, lo dicen incluso los panistas que lo hicieron alcalde y que ahora reniegan de él.
Por eso cuando le preguntan por el viaje se enoja, reacciona violento y allá enfrente, donde despachan los que lo hicieron alcalde miran, se encabritan y ya advierten el daño político-electoral que les ocasionará.
La semana pasada corrió la versión que desde lo más alto del poder estatal le habían dado un ‘juntón’ para que pusiera los pies en la tierra y dedicara sus esfuerzos únicamente a resolver los problemas de la ciudad, antes de estar buscando ‘reconocimientos’ inmerecidos.
Pero por lo que vimos de su comportamiento de ayer, si es que le leyeron la cartilla, ya se le olvidó lo que le dijeron. Y aquí es donde insisto: los candidatos del PAN a las diputaciones locales podrían pagar la factura de tener un alcalde como Xico. El tiempo lo dirá.