* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
Recién nos enteramos del grupo fundamentalista que pretende implementar acciones contra el presidente López Obrador, es decir, contra la república.
Se trata, dicen sus integrantes, “de mantener contrapeso” respecto del ejecutivo”, tarea que se antoja provocadora y de alto riesgo para la paz social.
Aprovecharán, según públicas evidencias, a medios de comunicación resentidos por la ausencia de privilegios otorgados por regímenes anteriores (y se entiende que también “analistas” a modo), para atacar y desprestigiar al supremo gobierno.
En este sentido usted dirá que ya lo vienen haciendo y es cierto, solo que ahora estará debidamente planificado en el serio objetivo de desestabilizar al país.
Desde luego algunos no cuentan con la suficiente calidad moral siquiera para intentarlo y sin embargo habrá que adivinar la clase de fuerzas extrañas que los respaldan, dado que por si mismos no se atreverían.
No es coincidencia su afinidad con el imperialismo gringo en algunos casos, (Jorge Castañeda y Emilio Álvarez Icaza por ejemplo), y en otros la frustración política (Cecilia Soto, Agustín Basave, Gustavo Madero, Ricardo Pascoe), aunque no faltan empresarios ingresados a la política debido a las ventajosas circunstancias creadas durante “la docena trágica”, como Xóchitl Gálvez, o “juniors” imposibilitados para entender y valorar la dignísima herencia de sus padres, como Luis Colosio Riojas.
El asunto es que medio centenar de personajes de diversa tendencia están decididos a golpear en serio a AMLO, y de ser posible obligarlo a que abandone el cargo, a efecto de disponer libremente del destino nacional.
Y son del mismo tipo “golpista” que en otros tiempos padeció México, justo en las anteriores transformaciones (Independencia, Reforma y Revolución), y muy especialmente durante el juarismo.
Dicese que Ricardo Anaya podría estar detrás, lo cual parece difícil, porque el ex candidato presidencial podrá ser impulsivo y cometer algunos errores propios de su juventud, pero no de este tamaño a pesar de su idolatría por los EU.
Recordéis que a los “golpistas” de entonces se les hacía tarde para buscar un emperador extranjero encontrándolo en Maximiliano, quien abandonado por los traidores patrios, sufrió las consecuencias en el Cerro de las Campanas.
En el tema que nos ocupa, el columnista supone que estos resentidos en busca de revancha, no llegarán muy lejos si consideramos que algunos intelectuales (Héctor Aguilar Camín entre ellos), al igual que organizaciones empresariales mañosamente incluidas para efectos publicitarios, (Coparmex y otras), se han desligado a tiempo de tan perversas intenciones.
PERSEGUIDOS POR SU SOMBRA
Ahora que recién descubrieron a Rosario Robles Berlanga tratando de ingresar disfrazada a España por el aeropuerto de Madrid, es obligado imaginar que otros ex funcionarios traten de hacer lo mismo en distintos punto del mundo-mundial.
Digo, a como se encuentra el nivel de indignación mexica, es indudable que tratarán de poner tiempo y distancia a su pasado inmediato.
Ya sabéis que EPN ratifica su inclinación por la galantería y los amores furtivos, lejos del qué dirán. Se esconde, “pero nomás tantito”, conservando la vigencia de cortesano consumado que le procura su feliz existencia.
Es el mismo del presunto contrato televisivo por el poder. Sea que sus fans no lo han perdido.
¿Por dónde andarán otros que no hace mucho pensaban y actuaban con la presteza de conquistadores, sobre presupuestos y patrimonio social?.
¿Qué ha sido de Gerardo Ruiz Esparza, tan polémico como el alcance de sus simulaciones punitivas?. O, Jesús Alfonso Navarrete Prida llegado a Gobernación como pudo ser cualquiera que no significara mayor complicación que “el dejar hacer, dejar pasar”.
No se extraña a Luis Videgaray, pero hace falta para creer que por su presunta amistad con el yerno de Trump, a México le iría mejor cuando estuvo a punto de irle peor.
¿Por qué panteón asustarán los fantasmas de Aurelio Nuño, José Antonio Meade, José Narro, Jesús Murillo Karam, Roberto Campa Cifrián, Enrique de la Madrid Cordero, Pedro Joaquín Coldwell o Enrique Martínez y Martínez?.
Cierto, algunos ex, están ubicados, sobre todo en el poder Legislativo. Listos para el escándalo, como Luis Miranda quien en memorable zafarrancho enfrentó a Fernández Noroña muy al estilo del pandillerismo de barrio.
Pero al resto, ¿qué clandestinidad los resguarda del largo brazo de la justicia?.
SUCEDE QUE
Ya en serio, ¿es mucha la desesperación de MORENA como para aceptar a Magdalena Peraza?. O el ridículo está fuera de la agenda del delegado Alejandro Rojas Díaz Durán, o de plano confunde la gimnasia con la magnesia.
Está bien que busque resultados pero no es pa’ tanto. No tiene porque recurrir a tamaña grosería.
Y hasta la próxima.