Cuando René Bejarano, dirigente del Movimiento Nacional por la Esperanza, realizó una rueda de prensa a principios de diciembre del año pasado, una mujer maderense apareció a su lado: Bertha Elena Sánchez Hernández.
Ella fue invitada por el doctor Faustino López Vargas, suplente del senador Américo Villarreal Anaya, al acto realizado en uno de los salones del Hotel Posada de Tampico.
Al concluir la rueda de prensa, donde abordó el tema de la elección por el Congreso de Tamaulipas en 2019 y señaló que Morena debía seleccionar perfiles idóneos para competir en las urnas, René Bejarano se puso de pie y levantó los brazos en señal de victoria junto con Faustino López Vargas y Bertha Elena Sánchez Hernández.
Esa imagen, esa escena, ese mensaje político del Movimiento Nacional por la Esperanza cobraría especial relevancia semanas después, una vez que se conoció el dictamen de aprobación de las precandidaturas morenistas a las diputaciones locales.
Contadora pública de profesión, egresada de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), de 51 años de edad, Bertha Elena Sánchez Hernández apareció en la lista de aspirantes aprobados por la Comisión Nacional de Elecciones de Morena a la candidatura a la diputación local por el Distrito 20, con cabecera en Ciudad Madero.
Al despertar en la mañana del lunes 25 de febrero, la activista y operadora territorial se sorprendió de ver la larga lista de mensajes de ‘whatsapp’ que tenía en su teléfono celular. Todos coincidían con el tema central: había sido seleccionada como una de las dos aspirantes que buscarán la candidatura a la diputación local por el Distrito 20. Muchos, la gran mayoría, la felicitaban.
Aunque se inscribió en Morena hace un año, ella todavía no aparece en el padrón de militantes. Con convicción en el cambio social, apoyó las campañas electorales de los candidatos de Morena en 2018, en especial la presidencial, la de Andrés Manuel López Obrador, ‘El Peje’.
A mediados de enero de este año, abrió las oficinas del comité del Movimiento Nacional por la Esperanza en Ciudad Madero, ubicadas en el Bulevar Costero, en la Playa de Miramar. Actualmente, la organización bejaranista ya cuenta con oficinas en 27 municipios de Tamaulipas, entre ellos Tampico y Altamira.
Si bien nunca fue protagonista de pasadas campañas electorales, Bertha Elena Sánchez Hernández no es una novata en los temas de la operación política territorial en la urbe petrolera. Todo lo contrario: ya lleva más de 15 años respaldando diversos proyectos políticos.
Sin embargo, en tiempos recientes se identificó con el movimiento lopezobradorista por una serie de razones: el objetivo de quitarle el oropel al ejercicio político, la práctica de la austeridad republicana, la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda servir en el quehacer público y participar en la toma de decisiones.
Por eso, después de meditarlo un poco, decidió registrarse como aspirante a la candidatura de Morena a la diputación local por el Distrito 20. Ahora aparece como una de las dos finalistas en pos de la nominación guinda, la que debe resolverse muy pronto.
A la pregunta de por qué decidió inscribirse en el proceso morenista, Bertha Elena Sánchez Hernández responde: ‘No es por la politica, es por servir a la gente’. Convencida del discurso lopezobradorista, la precandidata añade: ‘Necesitamos ganar el Congreso del Estado para emprender, como dice el presidente, la Cuarta Transformación en Tamaulipas’.
Comerciante desde hace 20 años, integrante de la Asociación de Servidores Turísticos de la Playa de Miramar, durante varios años ejerció su profesión de contadora pública en diversas empresas: Coca-Cola, FAMSA y Grupo Chedraui, en donde se desempeñó como gerente de operaciones en Tonalá, Jalisco, ciudad en la que radicó dos años.
En caso de ser la candidata de Morena a la diputación local por el Distrito 20, su suplente sería Sandra Mercedes Martínez Cano, también comerciante y ciudadana que aspira a la transformación de la vida política del país. Ella también forma parte del Movimiento Nacional por la Esperanza.
Ambas, Bertha Elena Sánchez y Sandra Martínez se consideran ciudadanas que quieren promover el cambio verdadero prometido por Andrés Manuel López Obrador. Por eso, esperan la evaluación final que realice la Comisión Nacional de Elecciones de Morena para competir por la diputación local del Distrito 20.
ALMA LAURA APOYA A ESTUDIANTES
La gestión de Alma Laura Amparán pasará a la historia en Altamira por el decidido apoyo otorgado a los niños y jóvenes estudiantes.
Un ejemplo: La presidenta municipal altamirense recibió a los alumnos de la Universidad Tecnológica de Altamira que participarán en el Concurso Nacional de Robótica que se realizará en Cancún, Quintana Roo.
Alma Laura Amparán también recibió a un grupo de estudiantes de la Universidad Politécnica de Altamira que asistirá al Congreso de Ingeniería Industrial, el cual se llevará a cabo en Puebla.
Hubo otro grupo de alumnos, compuesto por un equipo femenil de volibol. Ellas son doce alumnas de una escuela primaria de Villa Cuauhtémoc que, tras ganar las competencias locales y regionales, viajarán a Reynosa para participar en el torneo estatal de volibol.
Por supuesto, todos ellos, estudiantes altamirenses destacados, serán apoyados por la administración municipal que preside Alma Laura Amparán para que viajen a los distintos destinos y participen con éxito en los eventos académicos y deportivos. La educación es fundamental. Muy buen punto.
Y PARA CERRAR…
A los regidores Benito Abad Pérez, Teté Gorordo, Rodrigo Azcárraga e Isabel Goldaracena les van muy bien en la vida. Los tres primeros son empresarios (es decir, el sueldo que reciben como servidores públicos es una percepción económica adicional). La cuarta, otrora consentida de cierta maestra, hace gala de llevar una vida ‘fifí’.
Por tanto, ¿qué les cuesta aportar al PRI, partido que los cobijó para llegar al Cabildo de Tampico, 5 mil pesos mensuales para el mantenimiento y operación del comité local? ¿Para qué tanto brinco estando el piso tricolor tan parejo? Caray: Por lo visto les cuesta mucho ser agradecidos.