No pueden mentir todas las encuestadoras al mismo tiempo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador es el mandatario mejor evaluado de toda América, según Mitofsky no hay uno que se le ponga enfrente y entonces los analistas buscan explicaciones, los opinadores hacemos lo mismo.
Así es mis queridos boes, antes de mis consideraciones, hay que apuntar que en el continente, de Canadá a Brasil, AMLO goza de las mayores calificaciones en las encuestas, la mayoría le da un 80 por ciento o más, Mitofsky dice que tiene el 67% y aún así es el de mayor calificación, solo comparado con Martín Vizcarra que tiene un 63%, presidente interino de Perú, al otro lo destituyeron por corrupto.
En el mundo, las mediciones lo ubican en un tercer lugar, apuesto a que nunca un presidente de México había estado en el ‘top ten’ y mucho menos casi en la cima.
¿Pero por qué está tan aprobado López Obrador, si los pronósticos de las calificadoras indican que no estamos por el camino correcto?
¿Por qué la aprobación casi de excelente para el primer presidente de la izquierda en México si desde afuera han acortado por lo menos en dos ocasiones el pronóstico de crecimiento de la economía nacional y el propio Banco de México hizo ya un ajuste muy considerable que indica que podríamos no crecer ni al 2 por ciento?
¿Por qué el 80% según las encuestadoras aprueban a AMLO cuando la gasolina subió en lugar de bajar y con cifra de muertos ocurrió lo mismo?
Mi explicación es bien sencilla: AMLO sigue en campaña, gobierna desde luego, pero convierte cada uno de sus actos en los estados y en la CDMX en un mitín político.
Hoy, López Obrador es el único personaje de todo el país que está todos los días haciendo proselitismo, desde su trinchera como presidente, pero lo hace.
No, no es una crítica, es una descripción, basta con darle un vistazo a sus ruedas de prensa mañaneras y a sus giras por los estados, no hay una sola en la que no haya prometido algo.
Dinero para los ninis, el doble de dinero para los viejitos, dinero para los dolientes paisanos del Chapo Guzmán en Sinaloa, dinero para los migrantes, dinero para el béisbol, dinero en sus manos para las mamás de niños que antes iban a las guarderías.
Si, casi toda es lista aún son promesas, porque todavía no se concretan los mecanismos para hacer la entrega de ‘dadivas’ (como lo hacían PRI y PAN), pero de eso se tratan las campañas, de prometer, prometer hoy, prometer mañana y volver a prometer.
Ayer lo dijo bien claro: “Aunque nos quedemos sin camisa, aunque pasemos de la austeridad republicana a la pobreza franciscana, siempre habrá estos apoyos”
Sumémosle a las promesas de la campaña en el gobierno que hace todos los días López Obrador los ataques que también son de diario para sus adversarios políticos: PRI y PAN y entonces la ecuación de va completando.
El Presidente, con su mañanera, con con su discurso incendiario, de denuncia aunque no vaya acompañada de pruebas, aunque no haya una sola detención de los corruptos del PRIAN a los que todos los días ataca, le ha quitado a sus oponentes los espacios en los medios.
Pero además, PRI y PAN hoy por hoy tienen dirigencias nacionales muy menores, muy endebles, muy grises y eso los deja sin reflectores.
Por eso AMLO sube y sube como la espuma en la evaluación ante el ‘pueblo bueno’, porque no tiene a nadie enfrente, porque en México la masa se cansó de la corrupción y de la frivolidad de los gobiernos del viejo sistema; hoy cuando escucha hablar al presidente ofrecer, señalar a los de la mafia, sin que nadie de peso ante la muchedumbre le encare, le desmienta, tiene el camino libre para seguir cosechando puntos de aprobación.
¿Cuánto durará AMLO siendo el más aplicado de toda América en las evaluaciones?, no lo se, porque creo que eso depende de la paciencia del pueblo que espera los miles de millones de pesos que se necesitan para que las promesas se cumplan, la luna de miel durará hasta que el dinero se acabe… para entonces supongo todos andaremos sin camisa, en la pobreza franciscana.
Claro que para quienes no comulgan con sus planes, con su forma de gobernar, ayer en su informe de los primeros tres meses, AMLO les (nos) restregó en la pantalla:
“La economía afortunadamente está en marcha, aún crece poco, pero no hay ni asomo de recesión como quisieran nuestros adversarios conservadores o como pronostican con mala fe sus analistas, se van a quedar con las ganas”.
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