Cuando un presidente de la república se para por Tamaulipas siempre lo hace en
ciudades grandes, jamás se le ocurre ir a un pueblo chico.
¿Porque?
Vaya usted a saber.
El caso es que por mucho que se le invite no atiende el llamado del pueblo.
Con los gobernadores sucede algo parecido y para botón de muestra vaya el siguiente
ejemplo.
¿Cuánto hace que un gobernador no visita Llera?
Palabra que ya se me olvidó.
Y por el mismo estilo andan los senadores y diputados locales como federales.
Palabra, no es “guasa” pero hay pueblos tamaulipecos que no han visto un gobernador
por su tierra pues podrán felicitarse de haber visto al candidato pero no al gobernante.
En fin sea por Dios y las once mil vírgenes del firmamento pero algún día mi perro
comerá sandía y será de la mía.
A propósito que yo recuerde solo dos presidentes de la republica han visitado Llera y
fueron Miguel Alemán Valdez y José López Portillo.
El primero lo hizo para inaugurar la Planta de Cítricos y el segundo para poner en marcha
un programa nacional de agricultura.
La fabrica hace muchísimos años que la cerraron y fue vendida a particulares sin tomar en cuenta a los citricultores que principiaron a malbaratar el fruto.
La mayoría por cierto cambió de cultivo y otros prefirieron ir en busca de otros pueblos.
Ya no regresaron.
Hace algunos años a un conocido llerense le formulé la pregunta del porque no invitábamos al Presidente de la Republica.
Su respuesta fue:
¿Para qué?
Bueno, pues algo nos podría dejar su visita.
¿Y vea cómo nos peleamos unos con otros?
Caray, me extraña que pienses así, pues mencióname un pueblo del mundo que no tengan pleitos entre ellos mismos.
Se sonrió y con la misma se retiró.
Ya nunca volví a tratarle el tema.
Traigo a colación lo anterior porque hace uno o dos meses que visité la planta de cítricos
en compañía de un viejo trabajador de la misma y fue quien comentó que unos industriales
de Nuevo León la habían adquirido a bajo precio con el propósito de ponerla a trabajar pero
hasta hoy no le han hecho un solo cariñito, es más también compraron a bajo precio el viejo
edificio donde funcionó el primer banco rural que tuvo Tamaulipas.
Lo curioso de todo este asunto es que nadie dice nada y cuando pregunto todos rehúyen
el tema, razón por la que me cuestiono ¿Por qué tanto misterio?.
En fin algún día sabremos que mar de fondo hay en esa compra y será entonces cuando
la verdad resurja en todo su esplendor.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE