* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
MORENA cumple su noviciado en el poder al tiempo que se fortalece. Digamos que el sacudimiento interno que padece es una especie de purificación que le permitirá transcurrir hacia el futuro, bajo fundamentos ideológicos y morales aún más fuertes de aquellos que le condujeron a la conquista de la presidencia.
Y no es fácil, de ahí que sorprenda, dado que en el Movimiento creado por AMLO se practica la democracia. Por ello se ventilan asuntos que tratados por otros partidos pondrían en riesgo su supervivencia.
Pero no en MORENA que en sus orígenes lleva la marca, aunque no la penitencia.
Desde luego que sus adversarios apuestan al desastre y aportan lo posible para que suceda. ¡Qué más quisieran!.
Recordéis al PRI que en el 2006 no soportó la confrontación Elba Esther-Madrazo, motivando el juicio condenatorio que la república aplicó en julio del 2018.
Usted dirá que durante el sexenio anterior, EPN pudo reivindicar los errores del tricolor, y tiene razón porque la historia le otorgó dicha oportunidad, pero ya sabemos que la misión del ex presidente fue hundirlo más. Y en esto sí que tuvo éxito.
El asunto es que en MORENA hay debate, confrontación, ideas coincidentes y también encontradas, incluso opiniones que tal vez caigan en lenguaje propio del pleito callejero.
Pero ya le digo, esto es saludable.
Ahora mismo, sus adversarios magnifican discordancias entre la lideresa Polevnsky y el senador Ricardo Monreal. Es una provocación atizada en los medios de comunicación y “analistas” a modo.
Diferencias que existen, (considerando que hacia el interior de MORENA también se mueven intereses presentes y futuros), que dan pie a señalamientos y acusaciones no siempre acordes a la realidad.
¿Cómo creer que la Polevnsky es capaz de negociar candidaturas a espaldas del líder supremo, sabiendo que equivale a traicionar, engañar y mentir?.
En este sentido llama la atención Alejandro Rojas Díaz Durán, (este locuaz representante del senado o algo así en Tamaulipas), que parece dormir y despertar con la obsesión de ver fuera de la dirigencia nacional a la mujerona, ipso facto y sin mayor trámite.
De manera que en MORENA existen diferencias, como en cualquier organización política. Normales pues, porque con todo y que el poder se concibe de forma diferente, es decir, se dignifica y adquiere sentido cuando se pone al servicio de los demás.
Con todo y eso digo, el poder sigue siendo una de las grandes debilidades de la especie humana. Y ni modo que sea invento.
LOS INFILTRADOS
Un gran instrumento para la transformación de México es MORENA y es lógico que desde aquí se trabaje para conservar la presidencia de la república el mayor tiempo posible. (En su estilo “desafiador y pica-buches”, Fernández Noroña amenaza a la oposición respecto de que puede permanecer como tal, “cuando menos los próximos cincuenta años”).
Y a lo mejor está en lo correcto, a como se observan las cosas.
En esta circunstancia aparecen evidencias de posibles infiltraciones bajo el objetivo de debilitar o destruir, (exagerando las pretensiones), a MORENA.
Y se adivinan enormes recursos económicos atrás de dicha intención. Recordéis que la semana anterior salieron a la pública luz, nombres y apellidos de algunos patrocinadores del trabajo sucio contra AMLO, realizado durante la campaña presidencial, que aunque impactó por su perverso contenido, no afectó la decisión mayoritaria.
Tatiana Clouthier en “Juntos Hicimos Historia”, denuncia que este tipo de campañas se siguen realizando. Y todos estaremos de acuerdo porque los ataques persisten, a veces con tanta intensidad y pasión, que reflejan la desesperación de los conservadores y neo porfiristas que resienten haber perdido el país que consideraron “suyo de su propiedad”, cuando menos los últimos treinta años.
Ahora se asustan porque los exhiben, al igual que algunos de sus operadores en los medios, como Enrique Krauze, quien se dice dispuesto a demandar a Tatiana por presunta difamación. Y la Clouthier que le responde: “Nos vemos en los juzgados. Ahí mostraré las pruebas de tus culpas”.
Esta es hembra, no pedazo.
SUCEDE QUE
Desde la oficina de Ricardo Monreal se menciona al duranguense Marcos Carlos Cruz Martínez como uno de los “infiltrados” en Tamaulipas. Ex del PT y del PRD, ahora delegado de MORENA para la selección de candidatos al congreso local.
Otros que también podrían calificarse como “infiltrados” proceden del PRI. La mayoría que por estos andurriales, tienen fama de “chapulines” y pue-que de algo “más pior”.
Y deje que en todo esto “la raza” se pregunta: “¿Y qué tanto tiene metidas las manos Américo Villarreal Anaya?”.
Bueno, cada quien tiene sus fantasías.
Y hasta la próxima.