La propuesta del magistrado electoral Felipe de la Mata de intentar la restitución del registro de partido político a Encuentro Social era una interpretación jurídica absurda, repugnante, hedionda, pestilente.
Tras revelarse por el periódico Reforma la intentona del integrante de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los críticos se le fueron encima por una sencilla razón: violaba la Constitución, quebrantaba la legalidad, era un franco disparate que atentaba contra la democracia.
El artículo 41 constitucional, en el cuarto párrafo del punto número uno, establece con toda claridad: ‘El partido político que no obtenga, al menos, el 3 por ciento de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro’.
Encuentro Social no obtuvo el 3 por ciento de los votos en el proceso electoral del primero de julio de 2018. No consiguió la votación mínima en la elección presidencial, tampoco en la contienda de senadores. Mucho menos en la competencia de diputados federales.
Por tanto, no había vuelta de hoja. No se admitía ninguna otra interpretación. La ley es muy precisa: establece el 3 por ciento de los votos totales.
Sin embargo, el magistrado electoral comenzó a mover las aguas en el sospechoso y aberrante intento de darle la mano al Partido Encuentro Social (PES), lo que finalmente no consiguió debido a las duras críticas vertidas en los medios de comunicación… y a la presión de varios partidos políticos (PAN, PRI, PRD y MC).
Hubo, además, otra presión, fuerte, sólida, apegada a la Carta Magna, con argumentos de sobra y que fue decisiva: la Suprema Corte de Justicia de la Nación se oponía a una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a favor del PES.
A tal grado llegó la presión en contra de la intentona por devolverle el registro al PES, que hasta el magistrado Felipe de la Mata finalmente votó en contra. Se echó para atrás, metió reversa.
De hecho, todos los integrantes de la Sala Superior del TEPJF votaron en contra de la impugnación interpuesta por Encuentro Social. Fue unánime el rechazo a la retorcida queja del PES, que quería ganar a toda costa en tribunales lo que no pudo alcanzar en las urnas.
La frialdad de las estadísticas, la objetividad de los números: El PES no hubiera ganado por sí solo una diputación federal de mayoría relativa en la elección del año pasado. Ninguna.
Los triunfos que obtuvo, como sucedió en el Octavo Distrito de Tamaulipas, con cabecera en Tampico, se dieron gracias a la arrasadora ola generada por el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y que benefició a todos los candidatos de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’.
Fundado en Baja California a inicios del sexenio de Felipe Calderón y postrado a las órdenes del dizque priista Miguel Angel Osorio Chong en el sexenio de Enrique Peña Nieto, Encuentro Social tuvo un repentino y sorprendente acierto político en diciembre de 2017: pactar una alianza electoral con AMLO y con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Ese convenio de coalición condujo al PES a un inusitado éxito político al contar, en inicio, con más de 50 diputados federales. Una vez que comenzó funciones la actual Legislatura, Morena le quitó un buen número de legisladores a Encuentro Social, el cual quedó todavía con un nutrido grupo parlamentario de 29 integrantes.
Aun así, el PES se encuentra ‘sobrerrepresentado’ en el Congreso de San Lázaro. Esos 29 legisladores representan el 5.8 por ciento del total, un porcentaje muy superior al 2.5 por ciento de los sufragios que el PES obtuvo en la elección de diputados federales en 2018.
Hace tres años, en el proceso electoral de 2016 en Tamaulipas, Encuentro Social registró una participación ridícula y vergonzosa: su candidato a gobernador Abdies Pineda Morín, entonces diputado federal plurinominal y actual secretario general del comité nacional, apenas sumó 19 mil 458 votos, es decir, el 1.4 por ciento de la votación.
Otro ejemplo de la penosa participación electoral del PES en la histórica elección tamaulipeca de 2016: En la contienda por la alcaldía de Ciudad Victoria, con un candidato que nadie recuerda su nombre, solamente obtuvo… ¡¡¡804 votos!!!
La decisión de los magistrados electorales del TEPJF fue apegada a la legalidad y, se debe decir, certera desde la perspectiva política. Un partido político que no sume los sufragios para mantenerse en el escenario electoral, debe perder su registro. Así de fácil. Así es la ley. Así es la democracia.
REUNIÓN MORENISTA EN LA CDMX
El punto de encuentro fue el restaurante Lepanto, ubicado en el concurrido Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México.
Ahí estuvieron, con el objetivo de fortalecer la unidad y preparar la estrategia política para la elección que viene en Tamaulipas, un grupo de morenistas: Los senadores Américo Villarreal Anaya y Lupita Covarrubias Cervantes, así como los diputados federales Erasmo González Robledo y Armando Zertuche.
La reunión fue encabezada ayer por la tarde por el delegado del CEN de Morena en Tamaulipas, Marcos Cruz. Se espera pronto una reunión con Yeidckol Polevnsky, presidenta nacional del partido lopezobradorista.
INICIA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO QUIOSCO
Para cumplir con una de las demandas de los habitantes, el alcalde de Ciudad Madero, Adrián Oseguera, dio ayer el banderazo para iniciar la construcción del quiosco de la Plaza Isauro Alfaro.
Esta plaza, toda una tradición de la imagen de la urbe petrolera, perdió su nombre, su quiosco y hasta sus bancas en el pasado reciente. Se convirtió en un lugar virtualmente árido, desolado, con un inmueble comercial que se quedó ‘a medias’ y un estacionamiento subterráneo que es un ‘elefante blanco’.
Ahora, con la decisión de Adrián Oseguera se rescata la identidad cívica de la plaza, como un lugar de convivencia social y atractivo turístico en el corazón de Ciudad Madero.