* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
El que aquí escribe sostiene que México se encamina al bipartidismo.
Derecha e Izquierda han de disputarse el poder hasta que surja otra fuerza capaz de abanderar la expectativa social.
Para ello transcurrirá un tiempo aun no imaginado. Algunos próceres cumplirán su misión, otros no tanto, pero de que las mayorías seguirán buscando su destino, eso-que-ni-que.
Cumplirán su misión, digo, y entre estos está AMLO, decidido al retiro justo cuando termine su mandato, tiempo en que se irá ya sabe a dónde. (En este sentido emularía a Pepe Mújica, el uruguayo que regresó a su granjita, en el mismo “vochito” con el que salió, obsequiado además, por sus amigos).
Para el Presidente López Obrador no habrá más. Sin embargo construirá las bases de la república soñada: la de Juárez que es símbolo y modelo de conciencia patria…como Hidalgo, Morelos, Guadalupe Victoria, Madero, Zapata o Villa. (Con los errores de cada cual, que no les resta méritos a su convicción nacionalista).
Aunque fueron más las virtudes, menospreciadas por los conservadores y el neoliberalismo deslumbrado por las riquezas guardadas en “el cuerno de la abundancia”, dibujado, como sabéis, en la geografía nacional.
La disputa entre Izquierda y Derecha, como fue la tradición hasta que incursionaron “partiditos” y grupúsculos que por sexenios sirvieron de “alcanfor” en la parodia del poder.
Fue López Portillo quien “barnizó” la democracia a efecto de que accedieran quienes sin derecho la pretendían. Vendrían los diputados “plurinominales”, (a sugerencia de su secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles), y después senadores con el mismo rango, creando congresos ficticios que desde la periferia del descaro se convirtieron en dolor de cabeza para la política.
Permítame señalar en este punto, el acierto de Tatiana Clouthier contenido en su iniciativa de reducir a 96 el número de senadores, que en cantidad de 128, ahora mismo e invariablemente, cobran cada uno y cada mes, algo así como un cuarto de millón de pesos.
Usted dirá que es mucho más de lo que gana AMLO y tiene razón. Pero los senadores se dan sus mañas para ocultar los designios de sus propios acuerdos. ¿Qué hay una ley que limita sus haberes?. Cierto, pero la mentalidad de legisladores “busca-chambas” sigue siendo la misma. Y en tratándose de dinero difícilmente cambiará. Al menos no de la noche a la mañana.
ASUNTO SOLO DE DOS
Entre lo definido en la última elección presidencial, se encuentra la posibilidad de que la república sea disputada por partidos verdaderos.
Y a saber, estos son los representativos de Izquierda y Derecha.
No habrá más partidos del centro. En este caso el PRI, “reventado” por sus errores y ambición desmedida, calificada de corrupción simple y llana por sus víctimas, que no son otros que 80 millones de mexicas pobres. (Y pue-que-un poco más).
El tricolor agoniza ahogado por sus excesos. Y no se percibe generación que apueste a lo imposible. (Ni aunque iniciaran un proceso de “lavado de cerebro” a quienes apenas abren los ojos al mundo).
Además, hasta pasó de moda el principal instrumento de enajenación tricolor, es decir la demagogia.
Y ni modo que sea invento con “obras” creadas por el PRI, como Peña Nieto, absorto como se ve, en nuevas conquistas amorosas. (Si no fuera grotesco, parecería cómico).
El PRI entonces, está imposibilitado para surgir. Y en cuanto a la reencarnación, ¡ni pensarlo!.
Es “el apestado” de la democracia. Y razones existen de sobra.
De manera que Izquierda y Derecha, son las únicas tendencias que miran al porvenir. La primera construye su futuro en el sexenio actual, la segunda revuelve viejos papeles tratando de encontrar la ideología perdida, como si buscara rescatar el pasado. Aunque por ahora la Derecha tendrá que esperar y el PRI de plano, a invitar a su sepelio con la esperanza de que alguien acuda.
El turno es de la Izquierda que edifica una larga historia, bajo la circunstancia de que a AMLO le tocó ser “el bateador designado”, de un equipo llamado MORENA.
SUCEDE QUE
El líder Rigoberto Guevara Vázquez forma al SNTE tamaulipeco en la fila de la Cuarta Transformación. Va por el rescate de la dignidad magisterial. Y la CNTE que debía abanderar la conquista anhelada, insiste en “patear al pesebre”…ya no entiendo.
Y hasta la próxima.