CIUDAD DE MÉXICO.- En 1994, Luis Donaldo Colosio era el candidato a la presidencia por el PRI, el mejor posicionado para ganar la elección, que se realizaría en julio de ese año.
Colosio llegaba como un político al que la ciudadanía le respondía de manera positiva, con mítines llenos y un historial en el que destacaba su paso por la Secretaría de Desarrollo Social, que al igual que la de Hacienda se convirtieron en súper secretarías porque absorbieron a otros órganos de gobierno.
Sin embargo, Colosio no era el primer nombre que se venía a la mente cuando se hablaba del famoso “tapado” del PRI. Hace 25 años, cuando la Ciudad de México ni siquiera tenía un gobernante emanado de elecciones populares, Manuel Camacho Solís se desempeñaba como el jefe del Departamento del Distrito Federal (DDF) y era señalado como el posible sucesor del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari.
En el otro lado de la preferencia se encontraba Pedro Aspe, quien era secretario de Hacienda, y era la cabeza del grupo mejor conocido como los “tecnócratas”. Incluso, hubo encuestas como la del Instituto Mexicano de Opinión Pública (IMOP), colocaban a Aspe como el puntero para ser electo candidato.
Antes de ser electo como candidato del partido hegemónico en el país, Colosio fue dirigente del PRI, diputado y profesor. Tras la designación, Camacho Solís no se pronunció a favor de Colosio, incluso hubo rumores de que realizaría una campaña paralela o de que buscaría una candidatura en otro partido, lo que finalmente no sucedió.
Más información en la Edición Impresa.