MÉXICO.- Tras permanecer 28 años presa en el penal de Tepepan de la Ciudad de México, Claudia Mijangos fue liberada ayer 24 de abril.
La hiena de Querétaro, como es mejor conocida, ingresó al reclusorio el 10 de septiembre de 1991 ¿la razón? apuñalar hasta la muerte el 23 de abril de 1989 a sus hijos de 11, 9 y 6 años.
Según sus declaraciones, una voz en su cabeza la obligó. Lo curioso del caso, es que la mujer era sumamente religiosa.
Se dice que la mujer perdió el juicio tras enamorarse de un sacerdote que jamás le hizo caso.
Exámenes neurológicos determinaron que Claudia padecía epilepsia del lóbulo temporal y esquizofrenia.
Ahora, a sus 62 años, finaliza su condena por asesinato.
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Así el momento en que Claudia Mijangos “La Hiena”, quien asesinó a sus tres hijos en Querétaro, se retira luego de 28 años de área psiquiátrica del Penal de Tepepan en la CdMx acompañada de su sobrina, quien desde ahora se responsabilizará de ella. pic.twitter.com/5on1XiMWFD
— JORGE BECERRIL JB/8 (@MrElDiablo8) April 24, 2019
La historia de la mujer que asesinó a sus tres hijos
Un mujer triste, en su vida nunca le faltó nada, se dice que cuando murieron sus padres ella recibió una cuantiosa fortuna, razón por la cual decidió cambiar su lugar de residencia.
Estudió la carrera de comercio; en su adolescencia fue elegida como reina de belleza en Mazatlán, Sinaloa, lugar donde nació un 25 de mayo en 1956.
Al poco tiempo de morir sus padres, ella decidió casarse en 1972 con Alfredo Castaños Gutiérrez, quien era empleado bancario; después se trasladaron a la Ciudad de Querétaro. De este matrimonio nacieron sus tres hijos: Claudia María, Ana Belén y Alfredo.
Era una familia bastante conservadora y muy allegada a la religión católica (Claudia daba clases de catecismo), sin embargo, se dice que Alfredo era de un carácter posesivo y dominante, razón por la cual, comenzaron a surgir demasiados problemas aunados a los problemas psicológicos que comenzó a sufrir Claudia.
Se comentaba que los ataques psicóticos eran demasiado fuertes y frecuentes, ella aseguraba que veía ángeles, demonios y que escuchaba voces; poco tiempo después se divorció y se obsesionó con el padre Ramón, quien daba clases en donde sus hijos estudiaban.
Tras una discusión con Alfredo, ocurrida el 24 de abril de 1989, se dice que Claudia tuvo un ataque severo de psicosis, fue a la cocina y tomó tres cuchillos.
Su primer víctima fue su hijo Alfredo de 6 años de edad, a quien le cortó casi por completo la mano izquierda, por los gritos, las hermanas del pequeño despertaron y pidieron a su madre que se detuviera, pero ésta tomó otro cuchillo y apuñaló seis veces a la hija mayor. Sin embargo, ella logró salir del cuarto para pedir ayuda, los gritos alertaron a los vecinos.
Finalmente, apuñaló en el corazón a su hija Ana Belén, de 9 años.
Claudia, ha pedido a su hermana Jessica y a su abogado, que le ayuden a recuperar la casa (valuada en 2.5 millones de pesos) en donde cometió los crímenes ya que desea pasar ahí sus últimos días de vida, o bien, vender la casa e irse a otra colonia.
Después de los asesinatos, la casa quedó completamente abandonada, se dice que fue utilizada para ritos satánicos y servía como refugio para los pandilleros; fue entonces cuando el gobierno decidió bardearla para dejarla sin acceso a vecinos y visitantes.
Hoy día, Claudia asegura no estar loca y desea vivir sus últimos días en la llamada “casa del terror”.
Por este crimen, su esposo nunca fue investigado, actualmente tiene 70 años y se dice, regresó a vivir a Sinaloa.
CON INFORMACION DE EXCELSIOR.