Cuando en el 2016 Baltazar Hinojosa Ochoa recorría Tamaulipas en calidad de candidato a la gubernatura por el PRI, pero con desplantes de gobernador electo, mientras Francisco Javier García Cabeza de Vaca, primero perseguía, luego alcanzaba y al final rebasaba por mucho, no pocos de los que formaban parte del equipo del priísta decían en secreto que ‘estaba bien empinado’ y se alegraban de la derrota que venía, porque los trababan con la punta del pie; hoy muchos candidatos a las diputaciones locales andan igual o peor, no experimentaron en cabeza ajena.
Así es mis queridos boes, por aquellos primeros meses del 2016, Baltazar Hinojosa no caminaba, flotaba sobre territorio tamaulipeco, no le daba ni el aire, porque no era digno de tocar su delicado rostro pintado a mano por Miguel Ángel y bañado en oro de 24 kilates.
Confiado en la costumbre de que en Tamaulipas el PRI siempre ganaba, a como diera lugar, Baltazar nunca creyó que él sería el primero en perder la gubernatura, la regla de que lo tenían que hacer ganar, que incluso la mayoría de los opinadores daban por firme no funcionó y las consciencias en el PRI de Tamaulipas las siguen padeciendo.
Hoy a lo largo y ancho del Estado sobran ‘baltazaritos’ creen que son otros los que los tienen que hacer ganar, mientras ellos solo se dejan querer.
Y no, no me refiero solo a candidatos del PAN, porque por las mismas andan los de MORENA y uno que otro del PT, apostado a las administraciones estatal y federal en turno.
Qué si soy la prima del mero mero, qué por mi apellido árabe, qué porque representaba al jefe político en la zona, qué a mí me escogió el alcalde, qué a la otra la alcaldesa, qué necesitan mayoría por eso voy en el paquete.
Qué no importa que no sea panista, me tienen que hacer ganar, porque yo los hice ganar a ellos, qué soy el planB de la 4T local.
Argumentos como esos sobran, el caso es que muchos candidatos andan como en el 2016 Baltazar Hinojosa, pensando que los alcaldes, el gobernador, la estructura estatal, el Presidente de la República los tiene que hacer ganar.
Si no les ponen Suburban con aire, guarura, les organizan caminatas, les ponen batucada, les pagan publicidad en los medios, les ‘pichan’ la gasolina, las banderitas y hasta las aguas no salen, ni se mueven.
Creen incluso que los medios de comunicación tienen que andarles oliendo el rastro (no quise poner eso que ustedes pensaron), porque es obligación de estos informar a los ciudadanos de los pormenores de la campaña.
En verdad, andan formalmente como candidatos a diputados, pero creen que ya tienen fuero y otros peor, ven la elección para el Congreso local como un mero trámite, porque en realidad ya se sienten candidatos a alcaldes para el 2021 e incluso hay hasta el que se ha dejado convencer de que pinta para gobernador.
¿Qué no recuerdan lo qué pasó con Baltazar Hinojosa?, ¿qué no les quedó claro que si bien el voto de calidad de sus jefes políticos los nombró candidatos, eso no quiere decir que el pueblo los ame, los idolatre, les reclame en el Poder Legislativo?
Faltan dos terceras partes de la campaña, aún están a tiempo de salirse de la burbuja en la que sus séquitos les han encerrado y poner de nueva cuenta sobre las calles llenas de baches de Victoria, sobre las polvorientas calles del sur del Estado y enderezar el camino.
Sino ocurre eso, aunque hoy vayan arriba en las preferencias electorales, van a amanecer el 3 de junio como Baltazar un día después de que Cabeza de Vaca le dio la revolcada de su vida.
Además de perder una posición en el Congreso local, algunos de los ahora mareados candidatos, van a dejar escalar la posibilidad de contender más adelante por las alcaldías o aspirar a diputaciones federales o la senaduría y porque no hasta por la gubernatura, todo por creer que ‘los tienen que hacer ganar’.
Vamos re que te bien…
La economía sufrió un frenón que puede ser histórico para un primer trimestre de sexenio, no creció más del 0.2 por ciento, pero Andrés Manuel López Obrador dice que vamos pero si re que te bien.
Se ha rescatado PEMEX dijo también, mientras que las cuentas del mismo gobierno indican que en tres meses perdió casi 36 mil millones de pesos.
Cómo antes dijo que se había contenido la ola de violencia, mientras que los homicidios dolosos también superaban a cualquier arranque de administración, o los secuestros subían más del 50 por ciento.
¿O en verdad todos estamos bien tontos (no quise poner pendejos, por eso de las buenas costumbres) o el Presidente López Obrador está despistado, por no especular en que puede estar perdiendo la cordura?.