Los espacios informativos del país y del mundo entero, se centran en su mayoría en la violencia y demás hechos aflictivos que como consecuencia de ello ocurren a lo largo y ancho del globo terráqueo.
Cierto que la alteración social derivada de una generalizada corriente criminal atenta contra la convivencia colectiva y constituye una amenaza que no se puede ignorar. Pero en el entorno global, eso lo menos importante ante lo que en realidad es lo más importante para el género humano.
Estamos viviendo en el mes de mayo inclementes temperaturas cálidas que hasta hace pocas décadas resultaban difíciles de imaginar en esta temporada, cuando hace poco menos de 45 días todavía teníamos que usar bufandas Tamaulipas, para ser más precisos. En los últimos días hemos sudado la “gota gorda”, para decirlo coloquialmente con sensaciones térmicas de hasta 38 grados centígrados.
Ya no hay cuatro estaciones en el año. Ya solo hay verano e invierno. La florida primavera y el confortable otoño pronto no se recordarán. El cambio climático es la real amenaza para el planeta.
En muchas ciudades del país hay manifestaciones de tipo político. Que si el gobierno hace o no hace tal cosa, que si el PRI, que si MORENA, que si el PRD. En el plano internacional ocurre lo mismo, Que TRUMP está loco y es un maestro del engaño, según los demócratas, que NICOLAS MADURO tiene en la miseria a Venezuela o que judíos y árabes se disputan territorios.
Pero ¿acaso hay movimientos masivos mundiales para pedir que se combata el calentamiento global? En estos días cruciales de enconadas incomprensiones en que los pueblos de la tierra se debaten en marcado nerviosismo, unos por alcanzar sus más caras libertades, otros por el predomino del mundo, nadie parece interesarse por lo que verdaderamente es importante para todos: la conservación de la vida en el planeta tierra para que nuestros descendientes no sufran las tribulaciones dramáticas que se predicen en las películas de ciencia ficción. Las bandas criminales se matan entre sí o afectan a terceros. Pero es nada, ante la inacción suicida que pronto hará que los pájaros no canten en primavera ni las hojas caigan en otoño. Esto es una reflexión.