En contraste con lo que sucede con otras profesiones y actividades laborales, la de los servidores públicos, sobre todo los de la llamada burocracia dorada, es sin lugar a dudas una de las mejores remuneradas.
Los gobernadores, por ejemplo, perciben mensualmente en promedio 93 mil pesos y son los del PAN son los mejor pagados ya que en promedio obtienen 101 mil 972 pesos. El de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, que ahora gana menos que López Obrador, pero que antes de que se redujera el salario ganaba 151 mil 372 pesos y el de Chihuahua, Javier Corral, 127 mil 914.
El de Guerrero, Héctor Astudillo, lo disminuyó de 146 mil 916 a 73 mil 953, mientras que el Bronco Jaime Rodríguez Calderón, gobernador independiente de Nuevo León, que era el mejor pagado de todos, ya con la reducción del 20 por ciento que se autoimpuso, ahora percibe 105 mil 674 pesos mensuales.
Los mandatarios estatales del PRI son los que ganan menos. En promedio reciben 89 mil 677 pesos y los perredistas, que son los más austeros, 85 mil.
En el caso de los directivos de los partidos políticos, son también los de Acción Nacional los que tienen los salarios más elevados. El del Presidente del CEN, Marko Cortés Mendoza, es de 102 mil, apenas seis mil abajo del sueldo del presidente López Obrador, mientras que el Secretario General, gana 91 mil, los secretarios, 80 mil, los directores, 50 mil, los subdirectores, 40 mil y los jefes departamentales, 30 mil.
Los del Revolucionario Institucional, perciben también sueldos más bajos que los homólogos albiazules. El Presidente del Comité Ejecutivo Nacional, 61 mil 855, el Secretario General, 45 mil 696, los secretarios 29 mil 785, igual que los secretarios, el contralor general y los coordinadores.
Aunque tras la derrota presidencial del 2018, que echó drásticamente abajo el monto de las prerrogativas económicas, los jerarcas priístas se vieron en la necesidad de recortar salarios y al 30 por ciento del personal.
Se deducen de lo anterior, las poderosas razones por las que los panistas igual que los ministros de la Suprema Corte de Justicia, que tienen ingresos mensuales superiores al medio millón de pesos, los consejeros del INE, 2 millones 494 mil al año y el Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, 2 millones 491 anuales, se han opuesto con tanta vehemencia a la política de austeridad del gobierno de AMLO y a la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos.
Nadie quiere ganar menos que el presidente de la República. Los argumentos, que entre más mal pagados sean los funcionarios gubernamentales, afirman, éstos realizarán peor trabajo, entre otros pretextos y justificaciones.
Para completar el gasto, además, algunos profesionistas, justificadamente acostumbrados a darse vida de reyes o de magnates de primer mundo, se ven obligados a prestar servicios profesionales, labor con la que obtienen hasta 600 mil pesos extra cada treinta días.
En temas electorales, por otra parte, si, como se augura, la afluencia de votantes a la jornada electoral de diputados locales del 2 de junio será baja, hay quienes piensan que sería menor al 40 por ciento del padrón de ciudadanos, algunos candidatos podrían alzarse con el triunfo hasta con 20 mil votos.
Después de la sucesión presidencial de 2018, en la que participaron más del 68 por ciento de los electores, el interés popular ha disminuido. Según el INE, hasta en la elección de gobernador de Puebla, que ha despertado tanta pasión entre los partidarios de Acción Nacional y Morena, el abstencionismo sería del cincuenta por ciento, fenómeno que hace deducir que la disputa de los asientos legislativos, tradicionalmente poco concurrida, será mucho menos participativa.
Ese es uno de los factores por los que los favoritos para salir victoriosos en la disputa del Congreso de Tamaulipas que está en puerta son los panistas, Miguel Gómez Orta en el Distrito 18; Karla Mar Laredo, en el 19; Edmundo Marón, en el 21 y Rosa María González en el 22, que, como gobiernan la entidad federativa, cuentan con mayores recursos económicos y la estructura mejor armada para llevar a las urnas a la mayoría de sus seguidores.
Abajito del PAN estarían los aspirantes del Movimiento Regeneración Nacional que, empujados por las simpatías de AMLO y la marca política, están en posición de poner en aprietos a los albiazules en al menos 4 ó 5 distritos electorales.
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