La intensa ola de calor de los últimos días en el que la temperatura llegó a los cuarenta grados centígrados o Celsius y la sensación térmica a cerca de los cincuenta, que no se veía en muchos años y que, a decir de los meteorólogos, continuará ascendiendo año tras año, es un aviso a tiempo para que la gente cambie los hábitos y evite una catástrofe.
Lamentablemente, nos quejamos del calor agobiante pero no hacemos casi nada para evitar que el calentamiento global siga elevándose.
Cuando vamos al súper traemos los alimentos en bolsas de plástico que saturan las aguas de los mares y océanos del mundo, utilizamos excesivamente los vehículos que generan calor y elevan las emisiones de gases de efecto invernadero, uno de los principales causantes del aumento de acaloramiento, si los patios de las casas o las áreas verdes se enlodan, preferimos pavimentarlas o cubrirlas de cemento en lugar de sembrar zacate o plantas para atenuar el bochorno.
En vez de tener uno o dos hijos, las parejas tienen cinco o más, que aumenta la demanda de agua, alimentos y la depredación de los bosques para construir viviendas, consumimos carnes rojas a sabiendas de que para que una bistec llegue a nuestra mesa los ganaderos tienen que deforestar una hectárea de árboles.
El mundo está cayéndose a pedazos pero lo más grave del caso es que no solamente no estamos haciendo nada para impedirlo, sino que ni siquiera nos hemos enterado de que la humanidad corre a pasos agigantados hacia la destrucción total.
Pensamos que ese problema corresponde al gobierno resolverlo, pero la mayoría de los gobernantes, igual que los grandes empresarios, están más atentos en acrecentar el poder de los partidos políticos o en hacer más negocios y amasar inmensas fortunas, que en aminorar el impacto negativo que sus acciones tendrán en el medio ambiente.
Así que si vas al súper mejor lleva bolsas de papel o cajas de cartón, como antaño, para traer los productos domésticos, no uses el auto más de salvo lo estrictamente necesario y si tienes dinero compra uno ecológico, que no usa gasolina sino electricidad, energía limpia que no contamina ni calienta la atmósfera.
Entre haya más bosques, el clima será menos hostil, lloverá más, las sequías serán menores y habrá agua limpia suficiente para cubrir las necesidades humanas e industriales sin dificultades. El mundo será más amigable.
Pero en tanto el planeta se deteriora y los climas enloquecen, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump obliga a México a frenar el flujo migratorio para reelegirse en noviembre y el gobierno mexicano accede para evitar los aranceles y seguir en el poder presidencial en el 2024. López Obrador echará a andar una nueva refinería a sabiendas de que los hidrocarburos, que sigue siendo altamente redituable en términos económicos, resultan nocivos para la salud del planeta.
En el pasado, cuando la popularidad de un presidente norteamericano era baja, se inventaba con cualquier pretexto una guerrita, se lanzaban miles de bombas que mataban a cientos de personas para desviar la atención de los asuntos negativos y una vez recuperadas las simpatías populares, se volvía a la normalidad, como si nada.
En Tamaulipas, mientras tanto, varios burócratas han levantado la mano para expresar su interés en disputarle a Blanca Valles Rodríguez la dirigencia del SUTSPET, Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes de Tamaulipas.
Aprovechando la reforma laboral que exige voto libre y secreto, el delegado de la agrupación en el hospital civil de Ciudad Victoria, Armando Trejo Moreno, por ejemplo, anunció que pedirá el apoyo de los 13 mil 800 trabajadores para evitar la reelección de la Secretaria General y defender los intereses de los agremiados, no del gobierno a cambio de cuotas y prebendas políticas, como sucede en la actualidad.
La elección está prevista para septiembre. Urge que los trabajadores de México aprovechen la coyuntura para instaurar la democracia sindical y poner fin a los cacicazgos obreros como los de Romero Deschamps en el STPRM, Alfonso Cepeda Salas en el SNTE y Francisco Hernández Juárez, en el de Teléfonos, impuestos desde la presidencia, porque una vez que regresen el PRI o Acción Nacional al gobierno federal, volverán los cacicazgos sempiternos, como los de Edmundo García Román en la FTT, y la referida mandamás de los burócratas, que tienen más de veinte años en el cargo.