La fría elección por la renovación del Congreso de Estado volvió a dejar en la orfandad a tres partidos políticos en Tamaulipas: PRD, PT y PVEM.
Ninguna de esas organizaciones partidistas tenía derecho a recibir financiamiento público (las denominadas prerrogativas) en la entidad tras los malos resultados obtenidos en el proceso electoral local de 2018, en la disputa por las 43 presidencias municipales.
Ni el Partido de la Revolución Democrática, ni el Partido del Trabajo y menos el Partido Verde Ecologista de México llegaron a la anhelada cifra del 3 por ciento para contar con recursos públicos y solventar sus gastos operativos y administrativos.
Un partido político más se encontraba en las mismas tristes condiciones de penuria económica: el Movimiento Ciudadano.
Sin embargo, el partido naranja logró, a duras penas pero lo consiguió, rebasar el porcentaje mínimo para recibir financiamiento público en el estado, al sumar el 3.46 por ciento de la votación total en el proceso 2019.
Lo que sucedió el pasado 2 de junio en las urnas tamaulipecas con el PRD, PT y PVEM no es algo que sorprenda, ya que los tres partidos arrastran problemas que no han podido resolver.
El caso de la Revolución Democrática es el más vergonzoso. Fundado hace 30 años como una alternativa ideológica de izquierda, el partido del sol azteca llegó a la elección 2019 en Tamaulipas totalmente desfondado, perdido, hueco, sin rumbo alguno.
Al emigrar la corriente de Izquierda Democrática Nacional (IDN) hacia el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el PRD tamaulipeco sufrió la estocada final.
A estas alturas, prácticamente se puede decretar la muerte del PRD en el sistema político de Tamaulipas. El perredismo ya no resucitará. Su acta de defunción ya le fue entregada por los votantes.
El Partido Verde Ecologista de México padece una problemática diferente, pero de igual proporción: el descrédito lo persigue. Nadie cree en ‘El Tucán’.
La credibilidad del PVEM como opción política para defender el medio ambiente y la naturaleza se agotó por culpa de un grupo de ‘juniors’ chiflados que actuaron como ‘Mirreyes’, frívolos y ambiciosos.
En Tamaulipas, su líder (in)moral Jesús González Macías, tuvo que ser candidato a la diputación local por el Distrito 22, con cabecera en la zona sur de Tampico, con el objetivo de alcanzar la votación mínima necesaria para entrar al Congreso del Estado por la vía de la representación proporcional.
Por supuesto, no consiguió la meta. Lo que logró fue el crudo rechazo ciudadano en las urnas. Solamente obtuvo 644 votos, es decir, el ridículo 1.46 por ciento de los sufragios totales.
Jesús González Macías debería dejar el dizque liderazgo político que ejerce en ‘El Tucán’ estatal y dedicarse de lleno a sus negocios, algunos de ellos ubicados en la frontera en sociedad con el influyente ex senador y ex diputado federal Arturo Escobar.
Los escasos votos conseguidos por el PVEM en la entidad, 15 mil 843 sufragios, es un reflejo de la caricatura en que se convirtió el partido con la dirigencia de un inútil e ignorante personaje de nombre Patricio King. Es ‘el consentido’ de González Macías y ahí están las lamentables consecuencias.
¿Y el PT? El Partido del Trabajo tuvo un momento de gloria en 2018 a nivel nacional con la llegada de la pretendida Cuarta Transformación que enarbola Andrés Manuel López Obrador, una transformación que comienza a sufrir fallas y desperfectos por doquier.
El PT fue abandonado a su suerte en tierras tamaulipecas por la 4T. Primero, Morena despreció a los petistas y canceló de última hora la coalición electoral que iban a establecer. Vaya, los dejaron colgados de la brocha.
Después, cuando parecía que iban a lograr, por lo menos, un diputado local por la vía plurinominal, algo sucedió en el Distrito 20 y Azael Portillo, que pese a que alcanzó un 6.79 por ciento de la votación total, no pudo sumar los sufragios suficientes para que el petismo contara con un representante ‘pluri’ en el Congreso del Estado.
En resumen, tres partidos políticos seguirán en condiciones de pobreza extrema en Tamaulipas al no ganarse el derecho de recibir financiamiento público después de sus raquíticos resultados en las urnas.
‘La Chiquillada’ demostró, una vez más, que es una verdadera vergüenza en el sistema político mexicano.
Y PARA CERRAR…
El gobernador del estado, Francisco García Cabeza de Vaca, designó a la alcaldesa de Altamira, Alma Laura Amparán, como representante de los municipios de la entidad ante la Comisión de Energía de Tamaulipas (CETAM).
Esta es una distinción para la presidenta municipal altamirense. Además, va un dato: Altamira produce más del 55 por ciento de la energía en el estado.