CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Norma Itzel Cobos Arteaga es una niña de 12 años, bien educada, con muchos valores y muy estudiosa, tanto que tiene un promedio de 9.8, pero detrás de todo eso, también existe una ‘niña de oro’; hace varias semanas, dio de qué hablar a nivel nacional, pues fue ganadora de siete medallas de oro individualmente en la Olimpiada Nacional 2019 y una plata por equipos en la modalidad de gimnasia.
Oriunda de Tampico, Tamaulipas, ‘Normita’, como es conocida por todos sus cercanos, vive uno de sus sueños: ser una ganadora, algo por lo que ha trabajado durante muchos años, de cuatro a cinco horas diarias por seis días, a veces hasta toda la semana entera.
A ella no le importa todo lo que ha dejado de pasar, tiempo con su familia, amigos, regaños, cansancio físico y mental, incluso lágrimas, pues sabe que es parte del camino al que quiere llegar, esa meta que se ha puesto desde los 7 años: competir a Juegos Olimpicos como su ídola, Aleksandra Soldatova, claro, además de ser veterinaria ya que ama mucho a los animales.
La historia de Norma Itzel en la gimnasia, comenzó cuando ella tenía alrededor de tres años, su abuelo fue uno de lo actores principales, ya que don José Arteaga Gómez, descubrió el gusto de ‘Normita’ por dicho deporte.
“Mi papá fue el que me decía que la llevara, que a la niña le gustaba, la llevé a la Unidad Deportiva de aquí, entonces fue así como ella comenzó a ir a entrenar”, contó la mamá de la multicampeona nacional, Yadira Arteaga.
“En esos momentos todavía no era como que lo mío, no pensaba en algo más que pasar el tiempo, después ya empecé a ir a competencias, pero no me mentalizaba de lleno, sólo me gustaba”, indicó Norma.
Fue hasta varios años más adelante que a ‘Normita’ el deporte que le gustaba y amaba, lo tomó más en serio, justo en unos Juegos Olímpicos que observó por la televisión, en ese momento ella soñó en algún día estar en la pantalla chica en competencia.
“Yo veía mucho en la tele en los Juegos Olímpicos, creo que fueron los de Londres, donde ponía atención a como se lanzaban en los aparatos, como estiraban y hacían todo, me gustó aún más todo, yo sueño estar un día, competir en Olimpicos… seguí en los torneos y tomé experiencia”, detalló la tamaulipeca.
Norma siempre ha estado en la Unidad Deportiva de Tampico, tuvo primero a la entrenadora Mayra y después a Citlali, la que actualmente lleva la carrera de la tampiqueña.
Después de varios años de trabajo, comenzó a brillar a nivel nacional y ya suma en total cuatro Olimpiadas en donde se ha visto la mejoría en cada año que participa, siendo este 2019, su mejor año.
En esta última Olimpiada Nacional Juvenil que acabó hace varias semanas, brilló, gracias a las redes sociales tuvo un impacto mayor, al grado que se habló de ella en los medios nacionales más prestigiosos.
El motivo fue que ganó siete medallas de oro y una de plata siendo la más ganadora de la Olimpiada y ayudar en gran parte a poner a Tamaulipas en el Top-10, se dijo orgullosa después de haber ganado todas esas preseas.
“La verdad muy orgullosa, he trabajado y sacrificado muchas cosas para estos resultados, me siento orgullosa del trabajo y esfuerzo”, dijo Norma Itzel.
Esas ocho medallas en total, se unen a las decenas de preseas que tiene desde que comenzó a competir, las cuales no guarda ella, sino su abuelo, “ella después de que gana algo y llega a la ciudad, lo que hace es ir a la casa de su abuelo, desde la primera hasta la última, le ha dado todas las medallas porque gracias a él está en gimnasia, mi papá hasta le hizo un lugar exclusivo en su casa”, comentó la mamá de ‘Normita’.
Sacrificio se hace oro
Las múltiples medallas y reconocimientos que ha ganado ‘Normita’ no son casualidad, desde hace varios años, ella y su actual entrenadora Cytlali Quintá, trabajan a veces hasta toda la semana durante cuatro o cinco horas.
“Entrenamos muy fuerte, a veces toda la semana dependiendo si hay competencias o no, sí es difícil porque también se junta con mi tarea de la escuela a veces sí es mucha y creo que no me va a alcanzar el tiempo, pero el sacrificio es parte de todo”, expresó.
Pero no sólo es el tiempo que pasa en preparación, sino el que deja de pasar con sus seres queridos, el cual le duele aún más, “me tocó irme cuando hay reuniones de la familia, o no estar, con mis amigas pasa lo mismo, es muy triste a veces, pero cuando llegan los resultados buenos, olvido todo eso y me pongo feliz”.
Hasta los mejores, tienen días malos y eso lo ha vivido Norma, quien confesó que en ocasiones ha llorado de frustración y que hasta ha sido ‘corrida’ por su entrenadora, ya que no hace en esos momentos los trabajos esperados.
“Sí hay regaños muy fuertes, puedo decir que hasta me han corrido cuando no ando en un buen día, he llorado por todo eso, siento frustración son momentos donde simplemente no se dan las cosas”, explicó.
Ahí entra una de sus aliadas más fuerte, otra protagonista en esta historia de éxito, su mamá: “A veces sí me habla antes de lo esperado, ella dura cuatro o cinco horas, escucho la llamada antes de tiempo y sé lo que va a pasar. Me ha llamado llorando, ‘mamá ven por mí, hoy no fue mi día’”.
“Tengo que hablar con ella, ahí mismo platico y tengo que ser su animadora, yo por dentro mi corazón se rompe al verla a ella llorar, frustrada, ella se exige mucho. Pero, le digo que tenga paciencia, que esa vez tal vez no fue su día, pero mañana lo hará mejor, sinceramente sí hemos llorado juntas, a veces no aguantó verla así”, dijo Yadira Arteaga.
Pensó en dejar todo
A raíz de todos los sacrificios y tiempo que ha estado Norma en la gimnasia, su mente se ha saturado -en ocasiones-, y le pasa por la cabeza el abandonar todo, “soy sincera y sí lo he pensado, no lo he dicho ni hecho, pero sí pensado; digo ‘no manches ya no quiero seguir’, pero a la vez digo que he trabajado mucho y he sacrificado muchas cosas, yo desde chiquita he tenido esta pasión por la gimnasia y resuelvo rápido en que no es buena opción dejar”.
“Además yo tengo aún mi sueño como ya lo dije, quiero ir a los Juegos Olímpicos, estar en Panamericanos, en torneos internacionales, debo de trabajar y seguir adelante con ayuda de mi entrenadora y familia para cumplir esa meta”, añadió.
Es tanto el amor por gimnasia, que a pesar de las bajas que ha tenido, quiere seguir involucrada en esto, después de que se retire, “me gustaría ser maestra de gimnasia.
Todo vale la pena
Al fin de cuentas Norma sabe que todo vale la pena, sobre todo cuando sube al podium y recibe su medalla además de ser reconocida por muchos cuando gana una competencia.
“Todo vale la pena, los regaños se ven en los resultados y me siento orgullosa. Se siente padre que me reconozcan como una gran deportista, porque he trabajo mucho para estos momentos y estos logros”.
La tamaulipeca no tiene más que agradecer a todos los que han hecho posible que ella brille, “mi entrenadora que ella también sacrifica muchas cosas por entrenarme, a mi familia, al gobernador, al licenciado Carlos Fernández, René y a todos los que están al pendiente”, sentenció.
Ahora Norma no tiene descanso, busca superarse y trabajo con todo, en busca de que el brillo continúe y llegue el resplandor hasta los Juegos Olímpicos, sueño que tiene y que cumplirá según los pronósticos de todos.