* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”. Además, Premio nacional de periodismo 2016.
Es de risa que el PRD pretenda contener el ímpetu transformador de AMLO y de MORENA, patrocinando una organización denominada “Futuro 21” a la que se han unido “personajes” muy probados en las mieles de la corrupción y la complicidad.
Por ahí aparecen por ejemplo, los tristemente célebres “chuchos” que al sistema neoliberal sirvieron como infiltrados en la izquierda, contaminando y comprometiendo al PRD al cual obligaron a participar del “Pacto por México”, el que ya sabéis, se utilizó como pretexto para formalizar reformas “estructurales” cuyo objetivo fue empobrecer más al país, entregando al mejor postor los recursos naturales y oficializando una educación ajena a los valores familiares, sociales e históricos de la nación.
El desprestigio de Jesús Zambrano y de su tocayo Ortega desde la dirigencia del PRD fue evidente y razón suficiente, para que muchos de sus más distinguidos miembros renunciaran a su militancia.
La lista es larga encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, “el líder moral”. Y otros se agregaron en los últimos años, al comprobar que “los chuchos” solo utilizaban al partido como instrumento para colmar ambiciones personales y de grupo.
Recordéis que en medio de escándalos abandonaron al PRD entre otros, Porfirio Muñoz Ledo, Marti Batres Guadarrama, Ricardo Monreal Ávila, quien como su abanderado, había sido gobernador en Zacatecas.
Hasta Rosario Robles Berlanga dejó el barco perredista, aunque esta mujerona ya traía el proyecto de convertirse en activista a favor del tricolor desde los distintos cargos conferidos por EPN y donde dicho sea, “desaparecieron” miles de millones de pesos que según información de la Auditoría superior de la federación, no fueron aplicados al propósito de aminorar la pobreza y detonar el desarrollo.
Al margen de otros “escandalitos” como la llamada “estafa maestra” aun pendiente de castigo. Solo aquí andan bailando alrededor de 2 mil millones de pesos.
Desde luego también AMLO dejó al PRD tras la derrota del 2012, para crear el Movimiento Regeneración Nacional y obtener la presidencia de la república el año anterior, mediante un apoyo popular no registrado jamás.
El asunto es que quienes convocan por medio de “Futuro 21” a presentar un “frente” contra AMLO, no son que digamos los más indicados, considerando que su moral política y administrativa en diversas ocasiones ha quedado en entredicho.
Está por ejemplo Silvano Aureoles, el gobernador michoacano que no titubeó al declararse a favor del candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, con todo y que su partido el PRD, mantenía alianza con el PAN, abanderando a Ricardo Anaya. Haga usted favor.
Y luego esa monada que es Miguel Ángel Mancera, ex jefe de gobierno de la CDMX formado a la sombra y apoyado por Marcelo Ebrard para destacar en política.
El colmo fue que Mancera fuera propuesto por el PAN como candidato pluri a senador. Mal agradecido y traidorcillo además.
¿Y qué tal Purificación Carpinteyro, la ex subsecretaria de SCT en el gobierno de Calderón, que fuera sorprendida en una llamada comprometedora de presunta corrupción, por la que fuera cesada ipso facto?.
Concluyamos con una frase destacada por “Futuro 21”, donde los convocantes ni la burla perdonan:
“El objetivo es contener la peligrosa deriva populista del actual régimen para reencauzar a nuestro país por una senda de desarrollo institucional, libertad, prosperidad y sustentabilidad”.
Solo que sea con los ejemplos referidos…
EN RECUERDO DEL AMIGO
La triste noticia llegó de mi hermano José Luis el viernes por la mañana: “Max, el gran amigo el pollo, falleció hoy por la madrugada”. Y en verdad me impactó.
Fue una amistad de casi cincuenta años con Pablo Martínez Borrego, “el pollo”, de incontables episodios y anécdotas en esa inacabada aventura que es el periodismo.
Y quizá lo conocí a través de Pancho Valdez, el inolvidable “cabo catoche”, quien tarde a tarde contaba en su columna, el lado amable, cómico, cantinflesco y en ocasiones grotesco, de los protagonistas de la política de entonces, que celebraban los lectores del “Noticiero” de Javier y Néstor Sandoval. (Frago, su otro hermano, ya se codeaba con lo mejor de las ligas mayores en la ciudad de México).
Entonces también se respetaba, incluso se temía, al oficio periodístico y a quienes lo practicaban en la aun apacible, capital de Tamaulipas.
“El pollo” fue reportero gráfico toda su vida y no fueron pocos los reconocimientos recibidos. Incluso permaneció varios meses en la Habana participando de un curso internacional de fotografía.
Resignado a su modesto vivir, jamás abandonó el periodismo, como jamás renunció a sus convicciones, siempre manifestadas en palabras altisonantes contra el poder.
Eustolio Hernández, el gran “tolo” que también se nos fue, lo hacía enojar más, aunque ya sabía de la repuesta que sería “un amable e íntimo saludo” a la autora de sus días.
“Tolo” disfrutaba las rabietas de “el pollo” con la fraternidad que permite el periodismo. Siempre diferentes, pero siempre amigos.
“El pollo” tampoco tuvo temor a nada. Al columnista le constan las veces en que retó a más de un político a golpes frente a sus guaruras amenazantes que también la llevaban: “No les tengo miedo y menos a sus pistolitas que nomás saben usar los hombres, no ustedes que son puros cabrones”. Esta fue una ocasión, pero fueron varias.
“El pollo” perteneció a una generación de fotógrafos de prensa que difícilmente se repetirá, y de la que afortunadamente sobreviven algunos buenos camaradas que siguen considerando al oficio como un compromiso social.
Podría escribir mucho más sobre “el pollo”. Por ahora me quedo con su recuerdo.
Descanse en paz.
Y hasta la próxima.