Insistimos sobre la falta de un nuevo terreno para El Panteón Municipal de Llera, pues el que aún está en servicio está completamente cubierto de sepulturas, al grado de que hay personas que con tal de sepultar a sus familiares vacían las que aún tienen cuerpos y cuyos familiares por cuestiones de trabajo tuvieron que irse del pueblo, pero eso no quiere decir que algún día no vayan a regresar y entonces sí va a saltar la cresta, por lo tanto sería conveniente ubicar otro terreno donde instalar el nuevo panteón o en su defecto ampliarse el actual.
Las autoridades tienen la palabra.
La otra opción es que los cuerpos se cremen y las cenizas se conserven en un espacio abierto para dicho efecto antes de que a los responsables de su administración se les venga un problema difícil de resolver.
Lo que trae a la mente que si mal no recuerdo el terreno que se ubica hacia el lado sur del mismo cementerio fue comprado a la familia González Balboa por el entonces presidente Municipal Mario Alberto Ortiz Cano para ampliarse el actual cementerio, desconociendo las razones del porqué no ha entrado en servicio.
Ojalá alguna autoridad civil nos haga el favor de informarnos, pues un día con otro podría surgir un grave problema cuando familiares de algún occiso se encuentre con que el lugar ya se encuentra ocupado por otro cuerpo que nada tiene que ver con el suyo.
Águilas con los reclamos porque podría haber una acusación por robo de cuerpos y sepulturas cuyas penas no me atrevo a adivinar.
La procesión de los muertos.
Aunque no lo crean pero se platicaba entre la gente de antes que viniendo de Ciudad Victoria a Llera y bajando La Cuesta la gente que transitaba por ese lugar resultaba extraño como curioso observar una procesión de hombres, mujeres y niños que llorando y cantando bajaban por toda la orilla de la carretera y sin saber por qué la extraña peregrinación se desaparecía sin dejar rastro alguno.
Razón por la cual la gente principió a contar que eran almas en pena que fallecieron en dicho lugar a causa de un accidente, otras aseguran que era un grupo de petroleros que regresaban de Cadereyta con destino a Ciudad Madero, donde radicaban, y ahí se volcó el autobús en el que viajaban; en fin, sea verdad o no esto último lo cierto es que en ocasiones y a una hora determinada se escucha El Lamento de los Muertos que bajan por ese tramo carretero, razón por la cual La Señora Minta Flores de Lavín hace muchos años mandó construir un altar en ese lugar y desde entonces las apariciones y llantos dejaron de aparecerse.
Cierto o no pero usted puede comprobarlo si decide pasar una noche completa en el mencionado lugar y en sus cinco sentidos.
Después me platican cÓmo les fue.
Ayer tuvimos necesidad de viajar a la ciudad capital Victoria, Tamaulipas, pues oiga usted, por causas ajenas el servicio se interrumpió y tuvimos que llevar de Llera cuatro botellones con agua para el servicio de la casa.
Al parecer una bomba reventó.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE