FRANCIA. El calor pega con toda su fuerza en Francia pero aún no ha llegado lo peor. El termómetro subirá al máximo el jueves. Se esperan 43 grados y la sensación térmica será de 48 grados.
Al menos 65 departamentos están en vigilancia naranja, especialmente en el Grand Este, Bourgogne-Franche-Comnté, Auverge, Rhônes-Alpes, Limousin, la Ile de France y el centro del Valle de la Loire. En todos se prevén más de 40 grados entre el miércoles y jueves, según el Instituto de Previsiones Meteorológicas. Recién se espera un alivio para el domingo.
Los especialistas hablan de “noches tropicales” cuando los franceses se preparan para sus vacaciones de verano. Pero la postergación de los exámenes finales hasta julio por la “canicule” complica la partida de las familias y sus alquileres estivales ya acordados.
Los presos han recibido permiso para tomar duchas extras en las cárceles.
Los colegios y guarderías están cerrados en casi todo el país ante esta ola de calor, que vuelve imposible dar clases o cuidar bebitos en lugares no suficientemente aireados o preparados para estas temperaturas. Francia es un país que resiste fuertes fríos en su edificación. Pero no el calor de los últimos años, que el país no acepta como una nueva norma climática.
Muchos de los colegios cerrados no tienen ni ventiladores ni climatizadores ni aires acondicionados para poder dar clases, sin poner en riesgo a sus alumnos. El ministerio de Educación exige “un ambiente fresco”, que no pueden garantizar todas las instituciones.
Solo en el departamento de Essone, la prefectura anunció el cierre total de 50 de sus colegios a causa de la “canicule”. A los colegios se suman las guarderías infantiles y liceos.
En la Ile de France y Tours, los alumnos de las escuelas públicas han recibido la instrucción de permanecer en la casa “hasta que pase el fenómeno”.
Los maestros creen que los estudiantes van a estar más protegidos junto a sus familias, con acceso al agua, al toilette y a una ducha. El mismo caso se reproduce en Seine St Denis. Los presos han recibido permiso para tomar duchas extras en las cárceles.
Las fuentes de Trocadero en París se ha convertido en una gran piscina para turistas que no toleran los 40 grados. Todos recuerdan que en la crisis de calor del 2003 murieron 15.000 personas en Francia.
El riesgo de salir a la calle con estas altas temperaturas es muy alto y el Metro, simplemente sofocante. Los padres o madres no llegaron al trabajo: no tienen con quien dejar a los hijos que no fueron al colegio.