* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”. Además, Premio nacional de periodismo 2016.
Hablemos del PRI en Tamaulipas. Ya sabéis que la generación anterior hizo lo posible por terminar con el tricolor, y casi lo logra.
Ahora, haciendo a un lado diferencias personales, una corriente interna parece oxigenar posibilidades de sobrevivencia y proyección.
Es cosa de amor propio, algo de agradecimiento y mucho resentimiento por el daño causado a la organización que por estos andurriales hizo su propia historia, a partir del Socialista Fronterizo que generosamente cedió estatutos, principios y conciencia, al Nacional Revolucionario.
Es un heroico esfuerzo en las condiciones más difíciles, recurriendo a las raíces que prodigaron administraciones con sentido social.
No olvidéis por otra parte, que el PRI también se convirtió en fábrica de ricos debido a la inercia del poder cuyo último capítulo es de sobra conocido.
Se trata de escribir una nueva historia, patrocinada por los restos de la conciencia revolucionaria, donde aún persisten buenos ejemplos en los rincones más importantes y apartados del estado.
Tal cual se difunde en estos días, el rescate va en serio, en tanto algunos personajes poco a poco surgen de la obscuridad a que los condujo la oposición.
Es la opción después del decepcionante fracaso de MORENA en la elección local. Y sea como fuere, el tricolor cuenta con el antiguo antecedente de probidad.
Desde luego, nos referimos al original, el de los luchadores sociales auténticos como Portes Gil, Magdaleno Aguilar, Simón Torres de la Garza, Marciano Aguilar Mendoza, Venustiano Guerra García, Juan José Guevara y muchos más que estamparon su firma en el libro de la dignidad.
Y no al PRI pisoteado por la ambición personal y de grupos que convirtieron al partido en una bolsa de valores.
Al PRI de la dignidad es al que pretenden rescatar porque el otro, desde hace tiempo es difunto.
Un gallito de buenos espolones y respetable herencia ya saltó al ruedo…se llama Enrique Cárdenas del Avellano…buena suerte.
LA FORTALEZA DE AMLO
El régimen encabezado por AMLO ha sufrido casi siete meses golpeteo constante. Ha sido atacado por todos los frentes y sin embargo sobrevive.
Es ejemplo de resistencia, fortalecido por el apoyo popular.
¿Qué la confianza ha disminuido por diversas razones y circunstancias?. Es probable y hasta normal, en un escenario donde se ensaya la democracia y esto tiene un costo. Pero es mínimo, así lo demuestran las estadísticas.
Aceptemos que algunas actitudes desesperan y otras se aceptan y celebran, con la seguridad de que avanzamos, a pesar de todo.
Por intenciones no queda, pero los obstáculos han sido muchos y variados teniendo como fuente aquellos que ante la amenaza de perder privilegios (y en algunos casos probablemente la libertad), optaron por apostar su resto, al fracaso y caída de López Obrador y su proyecto reformista.
Solo que hasta ahora es un objetivo fallido, con todo y que el poder neoliberal incluye a influyentes medios de comunicación y destacados “analistas” al servicio de intereses empresariales o políticos, fácilmente identificables.
No ha sido una tarea fácil la de AMLO y hasta pareciera disfrutarla. Lo observamos y escuchamos cada mañana, al dialogar con periodistas de todas las tendencias, algunos de los que ya sabemos, participan bajo consigna (negativa o positiva), y donde destacan las provocaciones, que tampoco significan un secreto.
Casi dos horas diarias donde se habla y explica de todo, por supuesto sin agotar el menú de interrogantes derivadas del esfuerzo transformador de la república.
Es probable que en ocasiones tengamos la impresión de que AMLO es vulnerable, sin embargo su fortaleza es muy superior a las pequeñas batallas orquestadas por sus adversarios, muchas veces desde la obscuridad o el anonimato multiplicado gracias a la libertad de expresión que lo permite y tolera todo.
Hablamos de la garantía que como tal, encuentra sólido respeto en el régimen federal, así se trate de la peor infamia contra el supremo gobierno.
El asunto es que el régimen encabezado por AMLO es materia permanente de ataques y críticas que no corresponden a la realidad nacional, sino a intereses políticos y empresariales cuyos privilegios, abusos y excesos han sido contenidos por el ensayo democrático que llama la atención al mundo debido al enorme apoyo popular.
Este respaldo es motivación fundamental para que dicho ensayo siga adelante. Y AMLO lo encuentra en plazas, barrios, ejidos y en cualquier lugar a donde se desplaza con la tranquilidad y confianza que le otorga el lenguaje común de comunidades olvidadas por el neoliberalismo y sus gobiernos de rapiña.
He aquí la fortaleza del presidente de México. Ello no significa que esté libre de crítica para mejorar, y hay evidencias de reclamos atendidos con la prontitud a que obliga el compromiso social, pero es muy diferente cuando las críticas se convierten en perversidad concebida para dañar a la república y sus habitantes que somos, usted, él, nosotros, vosotros, ellos y ellas, cual definirían las viejas lecciones de gramática española.
Y hasta la próxima.