Matamoros, Tamaulipas.- Un primero grupo de más de 50 migrantes fueron enviados de Matamoros hacia Nuevo León, desde donde podrían emprender el retorno a sus países de origen o esperar que siga su proceso para recibir asilo político en Estados Unidos.
En las primeras horas del miércoles, de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INAMI) de Matamoros salieron al menos dos autobuses con extranjeros que llevaban ya varios meses en esa ciudad fronteriza.
Las unidades fueron escoltadas por policías federales y agentes del INAMI, sin que se ofreciera información oficial del traslado.
Entre los extranjeros, de origen cubano y otras nacionalidades, había familias enteras y niños pequeños; trascendió que entre ellos están los que desde la semana pasada se han aventurado a cruzar el Río Bravo, y han sido detenidos de inmediato por la Patrulla Fronteriza.
Esto ocurre al mismo tiempo que se endurece el trato del Instituto Nacional de Migración hacia los extranjeros que permanecen en la frontera tamaulipeca.
Ayer por la mañana, la autoridad federal retiró de sus patios a los migrantes cubanos que habían montado ahí un campamento desde hace meses.
Desde temprano, agentes migratorios comunicaron a los extranjeros que tendrían que recoger sus casas de campaña.
La semana pasada, el gobierno de Estados Unidos dio a conocer que el cruce de Brownsville-Matamoros, se sumaba a los puntos en los que pueden esperar los migrantes que llevan a cabo su solicitud de asilo político.
Sin embargo, quienes han iniciado ya este proceso, han recibido una segunda cita para presentarse hasta el mes de octubre o noviembre, por lo que más de uno ha tomado la decisión de volver a su país o en el peor de los casos, arriesgarse a cruzar la frontera de manera ilegal.
Sin embargo muchos de estos migrantes prefiere esperar la aprobación de su solicitud de asilo en Matamoros a estar en algún centro de detención en Estados Unidos.
Es el caso del cubano Manuel, que lleva poco más de cuatro meses esperando a la evaluación y a ser llamado por segunda vez por las autoridades migratorias de Estados Unidos, que en los últimos meses ha recibido hasta 600,000 peticionarios de asilo.
Para Manuel, el que se les esté otorgando un permiso de trabajo en México es una gran ventaja, pues le facilitará la espera hasta, calcula, septiembre.
“Al retornarte a México tienes un poco más de libertad. (…) Y te dan la posibilidad para que tú, más o menos, empieces a trabajar”, opinó.
Una crisis humanitaria
Luego de vivir durante tres meses en una casa de campaña, muy cerca del cruce internacional Puente Nuevo, la hondureña Melissa Aldana al fin pudo entrevistarse con las autoridades estadounidenses hace unos días. Aldana es una de los miles de migrantes que esperan en México a que las autoridades del vecino del norte evalúen su solicitud de asilo.
Aldana llevaba ya meses en esta precaria situación, con temperaturas que en esta época del año superan los 30 grados centígrados, y subsistiendo con comida donada por los habitantes del municipio.
La situación irremediablemente se alargará mucho más porque, tras entrevistarse con las autoridades estadounidenses, la siguiente cita es el 27 de septiembre. Dentro de más de dos meses.
“Pasé (a EU) el 19 pero me retornaron el 21 a esperar el trámite migratorio. Nos dieron un permiso de 71 días y en 71 días no podemos encontrar ni un trabajo, ni un departamento”, dijo este miércoles a la agencia Efe la mujer, quien afirmó que esto los tiene en una incertidumbre.
Sin perder el humor, señaló el parque y dijo que era su “penthouse”.