En los tiempos del viejo régimen priista, se acostumbraba que el presidente de la República en turno, si era amigo de un gobernador, se volcaban los apoyos al Estado y las visitas presidenciales y de sus secretarios se volvían una fiesta frecuente. Era común que el jefe máximo del país llegara con todo el aparato del Estado y presumiera su amistad con los gobernadores.
En Tamaulipas, esas prácticas del poder se vivieron muy de cerca desde el sexenio de Norberto Treviño Zapata, quien era muy apreciado por el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines. Al Estado, gracias a esa buena amistad le fue bien en materia presupuestal y obras. Con Enrique Cárdenas González también ocurrió lo mismo. Luis Echeverría le tenía un gran cariño al gobernador y le abrió la cartera sin respingos. José López Portillo hizo lo propio con Emilio Martínez Manaotou. Miguel de la Madrid con Américo Villarreal Guerra, y quizás el último gobernador que tuvo esa suerte fue Manuel Cavazos Lerma con Carlos Salinas de Gortari, que le dio recursos de Pronosol a manos llenas. Eran los tiempos en que llegaban al poder los amigos y a partir de esa relación a los Estados les iba de maravilla.
Con Vicente Fox y con la llegada del panismo al poder se rompió esa costumbre, aunque en el caso de Felipe Calderón con el objetivo de tener a los gobernadores priistas de su lado, no tuvo empacho en darles todo.
Egidio Torre Cantú, improvisado, inexperto y sin relaciones, no solo se alejó del poder presidencial, sino que fue un estorbo, y eso se manifestó en recortes al presupuesto y castigos políticos. Enrique Peña Nieto desdeñó a Tamaulipas y a su clase política, pues no solo la abandonó sino que lo empujó a los brazos de la delincuencia.
En enero del 2018, el entonces presidente canceló su visita a Reynosa luego de varios incidentes violentos en la ciudad, lo que profundizó el enojo del hacia el mandatario del país.
Y hoy, las cosas parecen estar igual. El presidente Andrés Manuel López Obrador y todo su gabinete parece seguir la misma tónica de Peña. A Tamaulipas no lo tiene en su radar y los programas no solo no llegan, sino que su coordinador o representante José Ramón Gómez Leal, no ha sido capaz de hacer notar la presencia de la Cuarta Transformación en territorio tamaulipeco.
Es cierto que son muchas los problemas del país, pero en campaña durante su cierre celebrado en ciudad Victoria, el presidente prometió y ofreció un plan de paz para el Estado, “vamos a garantizar la paz y la tranquilidad en Tamaulipas”, dijo entonces.
También se comprometió con las familias de los desaparecidos, “para ellos habrá apoyos y justicia”.
Los últimos cuatro presidentes de la República (dos del PAN, uno del PRI, y uno de Morena), le han dado la espalda al Estado, que hoy sigue sumido en la inseguridad y sin recursos para atacar las desigualdades.
Talachazos
QUIEREN QUE “JR” SE VAYA.-Francisco Soto, ex funcionario de Sedesol ha llegado como asesor a la oficina del Coordinador de Programas Federales, José Ramón Gómez Leal “JR”.
Este sería en inició del proceso de relevo del reynosense que no ha podido hacer la tarea que le encargo el presidente en Tamaulipas.
Ayer, después de conocerse el virtual relevo, la mayoría de los operadores y funcionarios que dependen de Gómez Leal respiraron y casi gritan de alegría, pues aseguran que trabajar con él ha sido una gran decepción: “no hay trabajo; la parálisis del gobierno federal en Tamaulipas, es real; el coordinador no trabaja, pero tampoco deja trabajar; vive entre fantasmas, pues cree que todos los quieren afectar”. Son expresiones de los mismos colaboradores que están pidiendo a gritos que se vaya.