Aunque el sexenio de Francisco Cabeza de Vaca está a la mitad, después del triunfo aplastante logrado por el PAN en la elección legislativa del 2 de junio el escenario político de Tamaulipas ha quedado listo para la contienda federal del 2021 pero sobre todo para la de gobernador del 2022.
Eso indica que entre ahora y diciembre el que manda en el Estado habrá de realizar los reacomodos que se requieren para que la designación del candidato albiazul que tratará de sucederlo en el cargo dentro de tres años se efectúe en las condiciones que mejor convienen al mandatario en turno, que, a menos de qué ocurriese algún acontecimiento extraordinario, todo indica que así será.
CDV tiene en sus manos el control político para que el cambio se desarrolle sin pugnas ni sobresaltos, el principal partido contrincante de Acción Nacional, Morena, carece de las figuras de renombre y de la estructura electoral que se requieren para quitarle al panismo tamaulipeco las riendas políticas de la entidad.
Los protagonistas de mayor peso de la disputa de la candidatura albiazul al gobierno del Estado, el Secretario General de Gobierno, el Truco César Verástegui Ostos, y el futuro Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Gerardo Peña Flores, dos prospectos cercanos al primer panista tamaulipeco, bailarán al ritmo que les toque el jefe del ejecutivo estatal.
El problema será la alcaldesa de Reynosa, Maky Ortiz Domínguez, que ya ha demostrado que no acata sumisamente las directrices giradas desde el palacio del gobierno estatal. Además, como ya no se le puede premiar con la reelección porque ya la consiguió, y su aspiración natural, después de lograr la senaduría, es la gubernatura, no se ve como podrán convencer a la titular del ayuntamiento para que, si no resulta la elegida, apoye la decisión del mero preciso.
Y también para que los demás aspirantes perdedores del proceso selectivo interno acepten con resignación la definición de la competencia.
Cualquiera que fuese el desenlace, se vislumbra que, como es habitual en estos casos, habrá un fuerte forcejeo.
No hay que olvidar que hasta el gober-
nante más hábil y bien visto por los votantes llega al último año de su mandato constitucional debilitado y sin los arreos para imponer a placer a los todos los candidatos a alcalde ni diputados locales, sino que se verá precisado a negociar las posiciones políticas con su candidato a relevarlo y con los grupos políticos municipales.
Esa será, entre otras, una de las razones por las que el gobernador tratará de que los cambios de los comités directivos municipales, igual que la de los consejeros estatales y nacionales que están a la vista, se resuelvan sin gritos ni sombrerazos. Tenemos entendido que el presidente del CDE, Francisco Elizondo Salazar, ha decidido definir los cambios directivos con candidatos de unidad que, además de garantizar darle continuidad al proyecto estatal, ayuden a crear un clima político propicio a los intereses panistas frente a la sucesión estatal.
El alcalde de Tampico, Chucho Nader, tiene todo a favor para amarrar la reelección. Después de sacar los triunfos electorales de Edmundo Marón Manzur y Rosa María González Azcárraga, mantener alumbradas y limpias las calles de la ciudad será suficiente para que en los comicios del 2021 los ciudadanos le otorguen un voto de confianza para que siga en el puesto por otros tres años.
En Altamira, sin embargo, la situación se vislumbra distinta.
Como la alcaldesa Alma Laura Amparan Cruz ya fue reelecta, la disputa del gobierno municipal se augura fuertemente competida, entre otros motivos porque será indispensable que los grupos o mejor dicho las familias locales, que actualmente trabajan de lado de la presidente municipal, y los cabecistas, se pongan de acuerdo para elegir al candidato que asegure el triunfo, tanto en el Congreso, los municipios como en el gobierno del Estado.
Los diputados electos Karla Mar Loredo y Miguel Gómez Orta tendrán que hacer un excelente trabajo legislativo para grajearse el derecho a aparecer en las boletas electorales de la pelea por el entrante cuerpo edilicio.
Para concluir, la sorpresiva renuncia o destitución del ex diputado federal y candidato a alcalde del puerto tampiqueño, Germán Pacheco Díaz, a la dirección del ITIFE, ¿formará parte de los reordenamientos preliminares o fue consecuencia de desacuerdos ajenos a la disputa del poder y obedece a otras causas?