“Mujeres rabiosas” etiquetó Ciro Gómez Leyva, irrumpen oficinas públicas de seguridad en CDMX; “andamos levemente rabiosos” escribe Luis Cárdenas en otro apunte referente a noticias polarizadas; vamos del encono, al mal humor social y subiendo de nivel hemos llegado al vandalismo colectivo. Las mujeres no deben equivocar más el camino. Defensoras sí, histéricas no.
Les asiste la razón, están enojadas y desilusionadas, las autoridades les han fallado, han sido violentadas y vueltas a violentar, tal vez no tuvieron elección que responder con el instinto de supervivencia, en una jungla dominada por los varones acosadores, sin embargo, nada justifica la agresión y el trato indigno que le recetaron al funcionario público, Jesús Orta Secretario de Seguridad que intentó, infructuosamente, el diálogo.
El suceso que todavía esta medio confuso, pues la o las víctimas no han acudido a denunciar a los agresores, revive el acoso y hasta violación de que son objeto muchas mujeres en entornos laborales, resurge el tema silencioso de la víctima que no denuncia y de como cualquier espacio público sigue siendo peligroso para las mujeres. Ahí mismo en una oficina de seguridad, se acusa a los elementos policiales de estos actos.
Sin embargo, se extravió el propósito de la manifestación por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, al polarizar la protesta con los disturbios nunca antes vistos en marchas feministas, es penoso reconocerlo, pero se retrataron como “feminazis” ese término misógino que molesta tanto porque refleja a muchas como combativas, distorsionadoras, sin sustento, solo gritando por gritar.
Las autoridades capitalinas, no respondieron a tales provocaciones, los demás colectivos feministas no se unieron pero tampoco rechazaron las “rabiosas” manifestaciones que dejaron pintas e inmuebles derruidos.
En Boca Cerrada
En más del acoso sexual, se encendió el tema en noticiarios y redes sociales, al develarse las malas prácticas del caza talentos Placido Domingo, hasta ahora suma una decena de denuncias presentadas por mujeres que en los últimos 30 años tuvieron que interactuar con el artista.
El tenor más reconocido del mundo, no niega las imputaciones, reconoce que pudo tener equivocado comportamiento y alega que antes eran otros tiempos. “Es doloroso saber que pude haber molestado a alguien o incluso haberles hecho sentir incómodas” ha escrito el astro español.
En tanto, las mujeres entrevistadas por una agencia internacional lo definen como acosador: “Siempre te estaba tocando de alguna manera y siempre basándote” “estaba tras bambalinas esperándome” ha dicho una de las afectadas, otras más describen que las buscaba de forma persistente, incluso de noche, llamándolas para insistir en reuniones en privado, con el pretexto de ofrecerles consejos profesionales.
Se atreven a hablar motivadas por el movimiento #MeToo, pero callaron por años, por ellas, por su familia, por su profesión, se sintieron obligadas a acceder a “besos cercanos en la mejilla” “tocamientos en la pierna” o invitaciones a cenar.
Los hechos reprobables que afectan a muchas de por vida, no deben callarse más, ahora existe más información y legislación que protege los derechos humanos de la mujeres, sin embargo salen a la luz apenas unas cuantas historias del espectáculo que tienen la protección de un medio, pero ¿se imaginan el calvario de muchas más, por conservar su empleo?