Todo empezó un martes al mediodía. Doña Chica, se quejaba amargamente de su suerte en la tiendita de Don Lucio.
– Es que ya no hallo la puerta Don Lucio, siento que todo se me viene de golpe, debo en todas las mueblerías y el dinero no me rinde. Bien que me decía mi difunto esposo, que estos hijos que Dios me dio, iban a volar un dia y que ya no se iban a acordar de que tienen madre.
Lamentablemente en México la gran mayoría de las personas descuidan su salud metal y solo acuden a consulta con un psicólogo cuando ya andan “hasta el tronco” de problemas… ¿Es esta su caso?
– Pues la verdad si Chica, se le nota la tristeza
– ¡Nombre cual tristeza! Lo mio ya es una depresión porque que ni se si voy a comer mañana, siento que vivo angustiada todo el tiempo, cansada, ¡Que me carga la chingada pues!
– Oiga Chica, pero es muy serio eso de la depresión
– Lo peor es que ya me ‘pelie’ con mis cuñadas porque no me entienden, pero yo ya les dije ‘así soy y ni modo se aguantan’ porque yo no voy a cambiar para darles gusto…
– No pos si, señito, se nota que anda muy molesta
– Si la verdad me enojo muy fácil y verá que a veces hasta me pasa por la mente ya mejor dejar de vivir para no soportar este tormento, para ya no dar molestias.
– Nombre no diga eso Chica, eso es muy grave… trae usted muchas cosas en la cabeza
– Pues si, traigo demasiados ‘traumas’ en la mente
– Oiga Doña Chica ¿y que tal si va a consulta con el psicólogo? yo conozco uno muy bueno
– ¿Queee? ¿Qué le pasa viejo baboso? ¡Yo no estoy loca! ¡Vaya a darle esos consejos a su madre! ¡Pos este!
– No se enoje Doña Chica, si eso es de lo mas normal, mire yo tengo muchos conocidos que han ido a terapia y les ha ayudado mucho, es mas ¡hasta niños chiquitos que tenían dificultad para aprender y hasta para hablar!
– ¡Pues a lo mejor sus conocidos con puros orates! ¿Cómo cree que yo voy a andar ahí yendo con el loquero? Yo lo que tengo es ‘estresamiento’ a lo mejor lo que me falta es salir a divertirme un poco y platicar con mis amigas pa’ relajarme
– Pues no eche mis palabras en saco roto, eso no es nada del otro mundo, hasta yo he ido a consulta en algunas épocas de mi juventud y también cuando nacieron mis hijas, me sentía muy inseguro y hasta ‘depre’
– ¡No, no, no! ¡No lo puedo creer de usted! ¡Tan normal que se veía y mire vino saliendo que esta medio ‘tocadisco’! además eso de ir con el psicólogo es pura sacadera de dinero… le dicen a uno que esta bien chiflado para nomas tenerlo yendo y yendo y gaste y gaste, ¡No yo asi estoy muy bien! Y ya me voy usted nomas me hace perder el tiempo… ¡y buenas tardes!… ¡viejo igualado!
Episodios como este suceden mas a menudo de lo que el lector se imagina.
La cantidad de mitos acerca del cuidado de la salud mental es enorme. Y mucho de ello se debe a que los psicólogos son presentados en televisión y películas como una mera caricatura: un señor barbón, vestido muy pulcro con una pipa y un sofá para que el paciente se acueste a hablar y hablar por una hora.
Sin embargo la misión de un psicólogo es mucho mas importante.
No, no son “loqueros” ni están ahí para resolver los problemas del paciente.
Son profesionales que buscan mediante sus conocimientos mejorar la calidad de vida de las personas.
Para quitar un poco las telarañas sobre este tema el Caminante enfiló al primer cuadro de la ciudad para entrevistarse con el psicólogo Luis Felipe Castillo un profesionista seriamente comprometido con el tema de la salud mental.
De entrada el psicólogo explica que la creencia irracional de que al psicólogo solo van los locos es algo con lo que se enfrentan casi a diario.
Sin embargo para el ciudadano común le es muy difícil detectar los síntomas o señales que advierten que es tiempo de acudir a terapia
“Cuando hay una sensación de frustración, enojo, depresión, ansiedad que afecta las áreas sociales, familiares o laborales, es el momento de ir a terapia. O en ese punto donde ya el individuo esta peleado con tooodo mundo y no le importa perder a su familia o a su círculo social y como único argumento dice ‘asi soy y me vale queso’ es el momento de acudir a recibir ayuda” advierte el psicólogo.
Lamentablemente en muchos de los casos una persona se acerca a recibir este tipo de ayuda cuando ya anda “hasta el tronco” de problemas, como coloquialmente se dice. “Inclusive llega el momento en que esta situación le rebasa al grado de tener pensamientos negativos como hacer daño a los demás, de matar o matarse. Esta es una señal de alarma de que ya es urgente acudir a terapia” explica Luis Felipe
“En algunos países es obligación ir al psicólogo una vez cada tres meses a revisión psicológica” explica Castillo.
Contrario a lo que se puede esperar, en México los varones son los que menos valor tienen para acudir a terapia, porque se tiene la idea de que el hombre soporta o debe soportar todo. Sin embargo esta conducta de ‘aguantar vara no importa qué’ le mantiene estresado constantemente. Cosa curiosa: acudir a terapia sirve perfectamente de ‘valvula de escape’ para sacar toda esa presión acumulada.
Otro de los pretextos que se escucha muy a menudo es que la terapia suele ser muy costosa. Pero pocos se detienen a pensar que cada ‘dolencia’ (por asi decirlo) la tiene que ver el especialista correcto.
Cuando un hueso se rompe o lastima es necesario acudir con un traumatólogo, o si hay molestia en un ojo, con un oftalmólogo y asi sucesivamente con odontólogos, cardiólogos, urólogos etc.
En el caso de la salud mental el especialista es el psicólogo (se tenía que decir y se dijo)
Para aquellos que les duele el codo cuando consideran que puede llegar a ser un tratamiento largo y costoso hay buenas noticias: no siempre es necesario todo un proceso terapéutico. Incluso el Caminante ha sabido de casos en el que una sola consulta puede llegar a tener mucho impacto positivo y hacer una gran diferencia en el paciente.
Una de las equivocaciones mas frecuentes al atenderse es plantear la idea de que “una pastillita puede ayudar” y en vez de acudir con un psicólogo se consulta con un médico o un psiquiatra. Por muy nobles que son sus profesiones ellos no pueden diagnosticar problemas psicológicos.
Otro grande problema de la actualidad es creer que las redes sociales pueden ser terapéuticas (por aquello de que “ahí me descargo expresándome”). Esto es totalmente falso y muy peligroso: el mal uso de las redes sociales puede dañar muy seriamente a una persona tanto de manera mental como emocional.
Un factor que influye mucho en la salud mental es la alimentación. Por ejemplo si el e individuo se siente triste y para ‘alivianarse’ opta por refinarse unos ricos tacos con cheves, al otro día la cruda o la pesadez de una cena como esta solo acentuará esa sensación de frustración e incluso de depresión.
Así como estas hay infinidad de cosas que pueden afectar o beneficiar la salud mental de cualquier persona, pero es muy importante acudir con el especialista indicado para atenderse: el psicólogo. Por eso, si el lector esta experimentando alguno de los síntomas mencionados, no dude en acudir con el psicólogo de su confianza. Demasiada pata de perro por esta semana.