Carajos, tenía sus años que Ciudad Victoria, capital del Estado de Tamaulipas, no tenía problemas con la escasez de agua y ayer miércoles se sintió esta carencia al grado de que la desesperación está llegando a un límite que daría lugar a un número de protestas sociales que colocan a la Comapa en difícil situación de desabasto, por lo que ante la época de calor y solazos que se avecinan los problemas en este sentido irán en aumento, por lo que el costo de la misma crecerá hasta que sea imposible contar con lo necesario para los usos más elementales de la familia y será entonces cuando la cuerda se reviente, lo que trae a mi recuerdo que el Dr. Emilio Martínez Manautou ya veía venir este problema, razón por la cual le buscó soluciones, siendo una de las principales la presa Vicente Guerrero, construida en el municipio de Padilla.
Antes, bien recuerdo que los gobiernos de la ciudad capital intentaron desviar parte del agua del río Guayalejo hacia Ciudad Victoria, y si mal no recuerdo fue durante el gobierno municipal de Mauro Camarillo Velázquez, pero los pueblos del sur, incluyendo el nuestro, se opusieron debido a que con el tiempo el vital líquido les faltaría para subsistir y dar respuesta a sus más elementales necesidades y aunque no lo crean tenían razón, pues hoy observamos que los niveles del río Guayalejo principian ir a la baja a causa de las muchas comunidades rurales que
se han formado últimamente, aparte de que hay una que otra fractura por donde se desvía el vital líquido.
Pero regresando con el río San Marcos, y conste que desde allá por los años cincuenta del siglo pasado cuando salí de mi pueblo para estudiar la secundaria ya se escuchaba decir que al “secarse” el San Marcos fue debido a la maldición de una madre al saber que sus dos únicos hijos se habían ahogado en las entonces turbulentas aguas del mencionado río, pero los gobiernos de entonces jamás se preocuparon por “rescatar sus aguas”, prefiriendo otras opciones como Padilla, razón por la cual insistimos en que la solución la tenían en sus manos pero jamás lo intentaron: Escarbar en el lecho del río.
La solución sigue siendo la misma, pero las autoridades capitalinas insisten en abrir un amplio y largo canal desde Llera a Ciudad Victoria, razón por la cual gente de mi pueblo, incluyendo los Municipios de Xicoténcatl, Mante, González, Altamira, Madero y Tampico, se oponen por las mismas razones, ignorando hasta hoy si nuestro alcalde Héctor de la Torre Valenzuela esté enterado de todo esto, pero lo que toca a nosotros ya hemos visto gente de la capital y del gobierno estatal revisando la ribereña del Guayalejo como única respuesta a su carencia de agua sin tomar el parecer del pueblo de mi nacencia.
Por lo tanto aquí dejamos por hoy el tema en la inteligencia de que lo seguiremos abordando, máxime cuando la falta de agua comienza a representar un grave problema para los pueblos de Tamaulipas, como ya sucede con otros estados de la República, por lo que se hace necesario racionalizar su consumo y dos formas para lograrlo son no desperdiciarla y proteger nuestros afluentes pero sobre todo que no la tiren y la gasten a lo… tonto.
En fin, éstas son unas de las dos que tres razones que nos llevó el tratar de conversar unos momentos con el alcalde de Llera, Héctor Manuel de la Torre Valenzuela, pero no tuvimos la oportunidad para hacerlo, por lo que preferimos retirarnos y buscar una mejor ocasión.
Por supuesto, vamos a insistir, así como también conversar con la gente a fin de conocer la opinión sobre el tema y ya se las haremos saber a nuestros lectores y lectoras.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE