Como ningún historiador. Es único. Señero. Aunque comparte algo de los rasgos del filósofo, poeta, artesano; poco más de científico. Y mucho de humor e imaginación. ¿Qué va haciendo este Tenorio que aquí tenemos? En trashumar ciudades, caminar calles y dar clases, se me va la vida. ¿Qué tipo de historiador se empeña? Un historiador que se ocupa minuciosamente del pasado, pero siempre con ecos en el presente y, como decía San Agustín, sembrando el polen del futuro. ¿Académico aburrido? ¡Muy aburrido! ¿Como el aceite de hígado de bacalao? Como el aceite de hígado de bacalao pero también nutriente. ¿Asocial? Sí. ¿Metódico? En lo que escribo, no como vivo. ¿Tímido? Sí. ¿Guajiro? Sí, muy guajiro. ¿Y sigue sin tener héroes? Sigo, aunque cada día más siento la necesidad de empezar a ser héroes a grandes pragmáticos de la historia, pero todavía no tenemos el vocabulario para hacer, de los hijos de mala madre, un héroe. ¿Qué intelectual es frente al poder? Yo soy uno que vive en voz pasiva frente al poder. ¿Al poder lo respeta o le teme? Le huyo.
¿Qué le envidia? En realidad, nada. ¿Lo sabría usar? No. ¿Qué es lo que ahora mismo le gustarían que pusieran atención? En dos cosas fundamentalmente: la necesidad de ver hacia afuera y localizar a México en el mundo y darse cuenta que lo que estamos viviendo no es este ranchito, este provincialismo y; en segundo lugar, la gran desigualdad y la gran necesidad de una revolución educativa en México que nadie se atreve hacer y nadie ha invertido. ¿Obsesivo? Mucho.
¿La palabra más esperanzadora? Ensimismamiento. ¿La más absurda? La fama. ¿Alguna palabra para nuestras nuevas inteligencias? ¡Cuídense del poder, cuídense! Tengo la impresión que el ambiente mexicano en todos los campos tiene una gran capacidad de seducción. Muy pronto todos llegan a la cúspide y después ya nadie se entera de que el rey está desnudo. ¿Esas inteligencias llegan vivas e imaginativas? No. Para llegar tienen que matar la imaginación y lo hacen muy bien. ¿La comentocracia es historicista? Es todóloga, lo de menos si es historia o ciencia política, corte y confección, o futbol. ¿Es histérica? Profundamente hiperbólica, de mecha muy corta, pero ante todo, es alérgica a decir de eso no sé. ¿Es histérico el resentimiento al que convocan? Sí y no. Tengo la impresión que alguien manda unos telegramas y dice “ahora los vamos a espantar” y uno no entiende porqué se están espantando.
A mí me gustaría que mandaran el memo y me dijeran porqué vamos a estar espantados cada semana. ¿La sátira anda a su libre carcajada? No, en la comentocracia no hay grandes humoristas, son demasiado solemnes. Por cierto, ¿a la política hay que defenderla? Sí, es el terreno para encontrarse. ¿Cuál es su mayor virtud? Ser una especie de purgatorio donde los buenos y los malos podamos estar. ¿Cómo recuperamos la confianza en la política? Haciéndola. ¿La historia de qué ha servido a nuestra vida pública? La historia en nuestra vida pública ha sido la gran prostituta que usan y abusan. ¿La historia es mezquina? La historia siempre acaba mal. La historia no es un dechado de virtudes, pero es un terreno para reinventarse también en el presente, en cada momento. ¿La historia es demócrata? No. ¿Republicana? No. ¿Usted es demócrata o republicano? ¡Yo soy de Michoacán! ¿Qué es ser estadounidense hoy? Una forma moderna de ser, cada quien es estadounidense como puede y le es posible. Por otra parte, es una manera de mantener valores universales al mismo tiempo que con las cosas más horrorosas y reaccionarias del mundo.