Al tiempo de tener el nacionalismo a tope, por la conmemoración del 209 aniversario de la independencia de México, el 15 de septiembre, fue también efeméride global importante: el Día Internacional de la Democracia. Por la fiesta patria, paso de noche este tema.
Los días internacionales que marca la ONU son fechas propicias para la reflexión del tema en cuestión, en este caso, no se precisa de fiesta alguna, ni elocuentes discursos, solo es una oportunidad para revalorar que “la democracia se ha de centrar en las personas”. No en los políticos, partidos o personajes del momento.
“La democracia se basa en la inclusión, la igualdad de trato y la participación y es un elemento fundamental para la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos” cita la ONU en el texto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que a la letra dice: “La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder político”. Y a su vez “proporciona el entorno natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos”.
Sin embargo, recientemente en conferencia ante académicos y estudiantes de la UNAM, Lorenzo Córdova Vianello, del INE relató que las democracias en el mundo enfrentar el desencanto de la ciudadanía, a consecuencia del modo típico de hacer política con partidos políticos convencionales, “incapaces” reconoce, de resolver problemáticas actuales y reales de las sociedades modernas.
El asunto se pone peor, porque este desencanto les encanta a los nuevos demagogos para minar la democracia. La ciudadanía además esta desilusionada porque no se le resuelven, con ningún partido, los problemas de desigualdad y pobreza, al tiempo que prevalece la corrupción e impunidad.
“Para salvar la democracia” Córdova Vianello sugiere desterrar esos flagelos, sino, dice “vamos a tener una sociedad cada vez más desencantada” y esto se convertirá en un caldo de cultivo peligroso donde fácilmente puede germinar el autoritarismo.
En la teoría las naciones que tienen gobiernos democráticos deben procurar un constante diálogo entre sus sociedades y clase política, para atender una retroalimentación de ida y vuelta, la democracia no podrá ir de ningún modo en una vía de una sola dirección. Y este diálogo deberá sustentar las decisiones de políticas públicas.
Para la buena gobernanza deberá empoderarse a la ciudadanía, porque es en la construcción de ciudadanía donde se fortalece la democracia. Así sin fiestas ni algarabía, desde lo ciudadano debemos apropiarnos de la palabra y su significado, que no le pertenece al sistema político.
En Boca Cerrada
Luego del anuncio de las condiciones del presupuesto federal para el 2020, existen más preguntas que respuestas, en el rubro de poner impuestos a la vendimia por catálogo, a las vendedoras aún no les avisan de que forma aportarán las contribuciones. El 80 por ciento de personas que se dedican a estas ventas son mujeres y aportan a la economía familiar.