Pese a sus políticos, en una ciudad se hace comunidad por su gente, las personas que habitamos Victoria, la capital de Tamaulipas, tenemos distintas formas de narrarla y de vivirla, pues cada quien habla según “como le va en la feria”. Esta localidad sigue siendo amable, nunca ha de dejado de serlo, es una comunidad acostumbrada a ser anfitriona de los poderes y por tanto a recibir mucha gente de otras lados, aquí no está marcado el territorio, aunque si bien arraigada la alcurnia. Unos son los victorenses nativos y otros lo que llegamos de fuera.
Gobiernos estatales van y vienen cada seis años, los municipales cada tres y para el legislativo también se reciben personajes por temporadas, sin embargo la ciudad es mucho más que un centro político; es también receptora de muchos jóvenes que llegan a estudiar o de gente que va y viene por el movimiento comercial. Para algunos turistas es un punto un tanto aburrido, no hay conexión área eficiente y aunque la infraestructura hotelera crece y se ha pretendido hacer un sitio de turismo de convenciones, no se ha logrado por malas estrategias y porque se mantiene a Aeromar como única dueña del espacio aéreo.
Pero de aquí son las flautas de harina, las originales Doña Tota, los jugos de los Abanicos en el mercado Arguelles, el agua de la Peñita, el Río San Marcos, las tardes de banqueta, la Torre de Cristal, el águila del Bicentenario y un majestuoso teatro en el Centro Cultural Tamaulipas. La cultura, historia, gastronomía y tradiciones de los victorenses se revalora en el marco de la conmemoración del 269 aniversario de la ciudad. Eventos cívicos y artísticos se realizaron este fin de semana en ocasión de la efeméride.
Sin embargo, la ciudad se vive todos los días, aquí no hay mucha prisa, a diferencia de las grandes urbes con mucha industria, tráfico y movimiento de masas, aquí la vida pasa más lento, aún se respira tranquilidad, se hace vecindad, se transita despacio y es la gente honrada y responsable dedicada a lo suyo, al trabajo, a la familia, la que construye ciudadanía.
Por eso, más que con festejos de un solo día, los de fuera y los nativos debemos honrar la tierra que habitamos, con trabajo y activismo civil, empatía social y responsabilidad comunitaria.
En Boca Cerrada
Muy cercano a Victoria, el mirador en Altas Cumbres, aun sin concluir, ha causado gran expectación en redes y está siendo ya muy visitado, cientos de personas se pasearon este fin de semana; las autoridades locales y los responsables de la obra deberían poner atención a este movimiento de personas, el paseo se da sin seguridad vial ni asistencia de protección civil.