Mientras en México algunos
creen que por verbalización
presidencial de Andrés Manuel
López Obrador se acabó el neoliberalismo,
en los hechos prácticos
ejecutados por su misma Secretaría
de Hacienda y Crédito Público dicen
todo lo contrario. Lo cierto es que
analistas internacionales estudian
el probable fin de ese modelo
económico, por otra parte otros
analizan el desgaste que ha tenido la
democracia moderna, por lo que se
anticiparía un nuevo orden mundial
de cara a la disrupción actual, en el
que sin duda será crucial cambiar el
chip electoral.
Tan solo hay que observar
el contexto social-económico
iberoamericano, España, Brasil,
Argentina, Ecuador, Perú,
Venezuela, Bolivia, Honduras,
en los que debemos incluir a
México, como los países que tienen
severos problemas en las políticas
económicas empleadas en 2019 que
agudizan el futuro, mezclados con
altos índices de inseguridad pública
y gobernanzas aislacionistas ya sean
del exterior del país o al interior
marginando a sus opositores.
México está entrando a una
etapa compleja que pudiera
transitar a lo crítico. Arribó
Andrés Manuel López Obrador
a la Presidencia de la República
producto del hartazgo social
conformado por los abusos del
poder, la corrupción que solamente
imputa al gobierno, el flagelo de la
narcoviolencia, las desapariciones
forzadas sin aparente explicación
gubernamental, los secuestros a
cambio de dinero, y una economía
con vaivén; ahora bien, terminando
este último tramo del 2019 ¿Qué
se mejoró de todo esto en este
año para la ciudadanía? Justo ahí
está el reto para persuadir tanto al
gobernado, como al votante de las
elecciones del 2020 o 2021.
Por decir lo menos, desde hace
cinco años las campañas políticas
se convirtieron en complejas,
al grado de que para ganar son
de diseño quirúrgico y solo para
obtener una ligera ventaja contra
el oponente; ahora serán todavía
más complicadas. Por ejemplo, ya
jamás será igual hacer campaña en
Morelia, que en Aguililla, Michoacán;
ya no será suficiente con comprar
a líderes priistas en Miguel Alemán,
que en Victoria, Tamaulipas; ya
no alcanzará para dar la cargada
de apoyos sociales en Juchitán,
que en Cosolapa, en Oaxaca; los
liderazgos políticos que predominan
en estos casos reales, salta que
el Movimiento de Regeneración
Nacional (MORENA) no la tiene fácil.
En ese sentido, la estratega
política más experimentada de
latinoamérica: Gisela Rubach,
diseñó un seminario con el Instituto
Tecnológico Autónomo de México
(ITAM) con una fuerte baraja de
ases de la comunicación política
iberoamericana de la talla de Imma
Aguilar Nàcher, Antoni Gutiérrez, y
Jorge Aguilera, para este 14 y 15 de
noviembre.
Los políticos que no se adentran
a conocer como se mueve el
humor social, tienen la percepción
que MORENA sigue arriba en las
encuestas estatales y que ganará
todas en las elecciones siguientes.
No es así, por mucho. El movimiento
encabezado –todavía- por Andrés
Manuel no las tiene nada fácil,
pero tampoco difícil, porque
el piso electoral no es que esté
plano para todos, sino que está
demasiado accidentado que hacer
campaña será muy complicado para
cualquiera. ¿Y tú, qué opinas?
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