El ciudadano Enrique Peña Nieto debió cumplir un compromiso social el anterior fin de semana en Toluca, pero no lo hizo por miedo a ser detenido. Su precaución tiene lógica, toda vez que dentro de la guerra contra la corrupción, pareciera que el ex presidente se ha convertido en objetivo prioritario.
Algunos de sus personeros no lo consideran así, pues suponen que el temor tiene que ver con la necesidad del régimen morenista “de lavarse el rostro”, tras los recientes hechos de Culiacán.
Sea que deteniendo a EPN, el supremo gobierno sería aplaudido por las mayorías. A lo mejor, pudiera ser, es probable, igual y sí, tal vez…uno nunca sabe.
En este aspecto, el columnista considera que AMLO pecaría de ingenuo si encerrara ahora mismo a Peña Nieto. No hace falta cuando las evidencias aplicarán en tiempo y forma.
Se trataría de venganza y eso no cabe, al menos por ahora, en la 4T.
Agregue que pocos mexicas dudan de la participación de EPN en el saqueo de que fue víctima la república durante el anterior sexenio.
Peña Nieto es culpable por sí mismo y de ninguna manera su enjuiciamiento tendría que ver con las circunstancias actuales.
Son hechos diferentes.
El de Culiacán muy lamentable pero entendible, sobre todo cuando se conocen más detalles donde efectivamente, estuvo en riesgo la seguridad de muchas familias.
Actuó la prudencia del gobierno federal en un escenario imprevisto por su magnitud. En este sentido, es válida la afirmación del secretario Alfonso Durazo, respecto de que hubo filtraciones informativas que agravaron la situación.
Faltaría aclarar lo necesario y mostrar pruebas a una ciudadanía ávida de información certera, clara y concisa.
Por supuesto que el Estado no es cobarde pero sí consecuente con la responsabilidad de mantener la integridad social. El supremo gobierno bien pudo hacer uso de la fuerza sin medir consecuencias, como sucedía en los gobiernos neoliberales. Sin embargo se impuso el respeto a la vida humana, antes que colgarse medallas manchadas de sangre inocente.
Es importante reflexionar sobre ello y no dejarse llevar por la propaganda y mala entraña de los conservadores y medios de comunicación que respaldan esta rabiosa campaña contra la nueva república.
Hay que aceptar sin embargo, que en el operativo de Culiacán hubo fallas que de ninguna manera aplican a supuesta cobardía del régimen. También aquí existen responsables. Uno de ellos sin duda, Alfonso Durazo de quien los adversarios de la 4T “exigen la cabeza”.
Algo quedó suelto, originando una crisis real y dramática, aunque exagerada en ciertos aspectos por aquellos que apuestan al caos y la catástrofe. Son los mismos que cierran los ojos ante el saldo mínimo entre la población civil, cuando deseaban que Culiacán se convirtiera en un cementerio…igual que lo desean con el resto de la república, para contar con más elementos de crítica y ataque contra AMLO.
Y sobre todo para exigir su caída.
Sea como fuere, lo sucedido en Sinaloa servirá para ajustar la metodología oficial en la lucha contra quienes violentan la ley. Es una difícil experiencia, pero aprovechable experiencia.
Regresando con Peña Nieto. ¿De manera que teme ser detenido?. ¿Espera acaso que las víctimas de su corrupción y saqueo le aplaudan y exijan que su nombre sea inscrito en letras de oro en los muros del Senado de la República?.
Por supuesto que está en riesgo de ser encarcelado. No es asunto menor haber atentado contra el patrimonio social y aprovechar el poder para enriquecerse y enriquecer a los suyos.
EPN al igual que Luis Videgaray, Gerardo Ruiz Esparza y algunos otros ex funcionarios y líderes y ex, se han convertido en “prófugos virtuales”, incluya a Carlos Romero Deschamps, Francisco Hernández Juárez (sindicato telefonistas), Víctor Flores Morales (ferrocarrileros)) y Joel Ayala Almeida de la FSTSE, aunque claro, hay otros como Emilio Lozoya, que junto con su hermana, madre y esposa, son prófugas(o), reales.
Algunos más irán cayendo, pero no porque el régimen requiera “lavarse el rostro”, sino porque forman parte de la delincuencia “de cuello blanco”.
Y ni modo que sea invento.
CIRCO Y VIOLENCIA
Mientras tanto en el fútbol profesional se conocen casos que por su naturaleza, bien encajan en la situación prevaleciente durante el neoliberalismo.
El del equipo veracruzano es el más escandaloso, pero además ejemplifica todo un escenario de explotación e impunidad.
¿Cómo es posible que autoridades deportivas o gubernamentales permanezcan al margen cuando está en riesgo la sobrevivencia de familias de futbolistas, que son trabajadores como cualquier otro?.
¿Dónde quedó la justicia laboral?.
El de Veracruz es apenas asomo de lo que podría existir en el fondo de uno de los negocios más productivos al que tienen acceso solo los más poderosos empresarios, que ya sabrá usted quiénes son.
Eso en el terreno económico, aunque lo más valioso para el neoliberalismo siempre fue la parte política. “Me explico”, como dicen los presumidos.
Sea que al sistema lo que realmente importó fue la enajenación social. Por eso sabemos de las cuantiosas condonaciones de impuestos a diversos clubs, sobre todo a los más taquilleros.
Elemental.- manipular mediante uno de los deportes más populares, permitía se desviase la atención pública de los asuntos importantes de la república.
Había circo (todavía lo hay), pero no pan, aunque sí corrupción, injusticia y conformismo.
Buena dosis de espectáculo y de ser posible muchos goles, alentando de paso la violencia entre los grupos de los respectivos equipos, mediante la excesiva venta de alcohol.
Despertar pasiones y crear odios entre los marginados, en tanto los dueños del poder y sus aliados saqueaban al país.
No diremos que es asunto resuelto porque los vicios en torno del fútbol profesional persisten, como los dobles contratos para evadir impuestos, el tráfico de jugadores (sobre todo de “los quemados” en su última etapa), entre otros.
Un ex jugador profesional confesó al columnista, que hace algunos años en el equipo local casi todos los sueldos se pagaban en efectivo, para que Hacienda no siguiera el rastro del dinero. ”Habías de ver, decía, a los extranjeros salir con sus maletotas llenas de billetes, mientras a los mexicanos apenas nos daban un puñito”.
Pero bueno, aquí el tema es la enajenación social que permite (o permitía?), a los saqueadores oficiales hacer de las suyas.
SUCEDE QUE
Ya sabéis que Vicente Fox tiene planeado instalar en México una empresa que industrialice la mariguana, con el apoyo de sus “cuates” gringos, que por cierto son sus patrones, en la expansión del uso de la yerba en Latinoamérica.
Solo que don Vicente está pendiente con Hacienda a la que debe algunos milloncejos por concepto de impuestos.
Este ex presidente fue de los beneficiados con las condonaciones en otros tiempos…en otros tiempos, repito.
¿Será por eso que se le nota “tan enmuinado” contra AMLO y el régimen que encabeza?.
Y hasta la próxima.