DAMASCO.- El guión pautado para poner fin a la ofensiva de Turquía contra los kurdos de Siria se cumple escrupulosamente. Tropas rusas y turcas han comenzado a patrullar conjuntamente este viernes a lo largo de 110 kilómetros de la frontera del norte del país árabe, en cumplimiento de lo pactado hace diez por los presidentes Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan para garantizar el repliegue de las milicias kurdas. Estados Unidos, cuya retirada militar desencadenó el mes pasado la escalada bélica, mantiene aún una presencia simbólica al noreste de la región fronteriza, en un área mayoritariamente kurda y con algunos pozos de petróleo. En contra de lo anunciado por el presidente Donald Trump, el Pentágono parece marcar ahora límites a la acción de las patrullas ruso-turcas.
La primera patrulla conjunta, integrada por nueve vehículos blindados y sobrevolada por drones de vigilancia, arrancó sin banderas de ninguno de los dos países en la población de Derbasiye, según confirmaron los Ministerios de Defensa en Ankara y Moscú. El Gobierno turco pretendía establecer una zona de seguridad de 32 kilómetros de ancho a lo largo de 450 kilómetros de frontera, pero la realidad de las fuerzas desplegadas sobre el terreno le está imponiendo límites. El acuerdo suscrito en Sochi ya redujo a una banda de un máximo de 10 kilómetros de anchura el ámbito de actuación de las patrullas conjuntas, a las que también les fue vetado el acceso a la ciudad kurda de Qamishli, una de las mayores del noreste sirio.
El Ejército turco solo controla un territorio situado a lo largo de 120 kilómetros de la frontera entre las localidades Tel Abyad y Ras el Ain, donde se concentraron los combates contra los milicianos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, por sus siglas en kurdo), en un territorio tradicionalmente habitado por árabes suníes. Las tropas leales al presidente Bachar el Asad y sus aliados rusos dominan ahora el resto de la línea divisoria que los kurdos ocupaban desde 2012.
Antes de que las patrullas conjuntas emprendieran su misión, un convoy de vehículos blindados estadounidenses se desplegó el jueves en torno a la localidad cercana a la frontera de Qhataniyah, situada a unos 50 kilómetros al este de Qamishli, de donde las tropas de Washington se habían retirado hace tres semanas. Según confirmó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG que cuenta con informadores sobre el terreno, los vehículos militares, ondeaban la bandera de EE UU, iban acompañados de milicianos del Frente Democrático Sirio (FDS, en el que las YPG son hegemónicas), como muestran imágenes obtenidas por las agencias internacionales de noticias. El recorrido de este convoy de EE UU concluyó en Remeilan, 20 kilómetros al oeste de Qhataniyah.