CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-Después de casi tres años de administración, cientos de jugadores nacionales y extranjeros, problemas con jugadores, entrenadores, afición y medios de comunicación, Rafael Flores ya no se pudo sostener más y terminaron por darle las gracias.
Las altas esferas ya habían tomado la decisión desde hace semanas, incluso previo al encuentro ya se sabía que era el último día de Flores como directivo del club.
Rafael llegó a finales del mes de diciembre del 2016, en la que comenzó con cambios drásticos; primero quitó a Jorge Urbina del puesto de entrenador que había tomado días previos para traer a Jaime Ordiales.
Un cambio que no fue bien recibido por el entorno -afición- y así comenzó con el pie izquierdo; ese torneo no pudieron clasificar a la liguilla.
Para la nueva temporada ya con jugadores que él mismo pidió y con entrenador nuevo, Ricardo Rayas, se creó mucha ilusión, a pesar del cambio de imagen del escudo, colores, entre otras cosas, esa fue la única ocasión que el cuadro victorense avanzó a la fiesta grande por el título, pero se quedaron en los cuartos de final.
Para en esconce la relación con medios y afición comenzaba a ser peor. Y los resultados deportivos ya no acompañaron, llegó Juan Carlos Chávez y con él tampoco marcharon las cosas bien.
Finalizó su relación laboral para dejar su cargo a Carlos Reinoso, que por momentos generó ilusión -otra vez-, pero al final, terminó por ser una decepción más.
El torneo recién terminado, fue de los peores del equipo, quedó en el último lugar de la tabla general, a pesar de una fuerte inversión.
La administración de Flores deja más cosas malas que buenas; algunos de los aciertos, fueron los proyectos sociales que realizó, con playeras que aportaron dinero al DIF Tamaulipas para ayudar a los más necesitados, además de escuelas de fútbol, que ya existían pero se les dio un vuelo interesante, pero lo más importante, que era lo deportiva, el dar espectáculo futbolístico, entre otras cosas, simplemente no pudo.
Miguel Mansur, quedará como presidente interino, cargo que le durará muy poca, pues los altos mandos de Correcaminos, ya estudian posibilidades para que tomen la capitanía del barco que se hunde poco a poco.