En su tersa reelección como Rector de la UNAM, Enrique Graue tuvo que abordar el tema sobre los hechos de violencia registrados recientemente al interior de la máxima casa de estudios del país, las protestas de mujeres por acoso y violaciones a sus derechos humanos que se han intensificado en los últimos días, a la par, el 14 de noviembre se detectó que personas ajenas a los movimientos feministas, se involucraron para destrozar casi todos los planteles, bibliotecas y librerías de la zona universitaria, en el recuento de los daños, todos los directores y trabajadores hicieron patente su respaldo al rector en una carta a medios. A los que violentaron la sede universitaria les dijo: “No me intimidad las amenazas y se actuará en consecuencia de los ultrajes sufridos”.
Y en su mensaje de inicio de segundo periodo, Graue hizo especial mención a la deuda histórica que las instituciones tienen con las mujeres, refirió que “la igualdad debe ser una política transversal en las acciones y la UNAM debe ser ejemplo para toda la sociedad”; reconoció, y eso ya es un avance, que no se puede tolerar más la violencia hacia las universitarias, que no se debe aceptar que las mujeres “sigan siendo acosadas y violentadas en su integridad”.
La UNAM mantiene un protocolo para la atención de casos de violencia de género, por medio del cual ya se han aplicado sanciones, expulsado o rescindido relaciones con los agresores, sin embargo, los movimientos de las universitarias refieren el poco avance a pesar de estas acciones, por lo que la rectoría propone ahora un Consejo Universitario, independiente de la administración central, para que diseñe y atienda políticas de equidad de género para toda la institución.
Para ello, buscarán especialistas que les ayuden a entender el problema de violencia de género, en particular sobre el acoso, instalarán más unidades de denuncia y atención, modificarán el protocolo y comprometen optimizar la protección y respuesta para las afectadas.
Las manifestaciones femeninas, son resultado de la justificada indignación ante la vejación historia de la que han sido víctimas ha dicho el rector, y fue más allá, ellas ya “no están dispuesta a tolerar”, un discurso de aceptación del problema pero con un viso de misoginia, raro en un personaje que insta a la unidad, pluralidad y respeto a las universitarias.
Es claro que los cambios globales nos deben llevar a mejores sociedades, pero se sigue en pie de lucha porque falta mucho por hacer y desde el sector educativo, en el nivel más alto donde convergen la universalidad de las ideas el compromiso debe ser mayúsculo, la UNAM es referente de estudio, pero ha sido escenario también de marcada violencia hacia la mujer, es hora que hable el espíritu, compongan el rumbo y marquen la pauta para escenarios plurales y de respeto en el nivel superior.