Sin duda el cierre esperado de este primer año de gobierno para fines de diciembre, podemos concluir que la economía mexicana tendrá un regular desempeño en los indicadores macroeconómicos, y un pésimo en las variables microeconómicas.
En principio, las tasas de interés primarias, el tipo de cambio y la inflación, podemos interpretar que evolucionaron positivamente. Las Las tasas que marca el Banco de México sufrieron ajustes a la baja, en paralelo a las bajas de la tasa de la Fed norteamericana.
El tipo de cambio, después de haberse especulado que se dispararía, este mantuvo el tipo estable abajo de los 19.50 pesos por dólar.
La inflación, tuvo su mejor cierre del 2019, abajo del margen marcado por el Banco de México del 3% anual.
Sin embargo, las calificadoras internacionales de riesgos (S&P, Moddys, Merrill), nos siguen disminuyendo su apreciación ante la falta de confianza de los inversionistas nacionales e internacionales.
Ante todo, nos afecta el bajo crecimiento del PIB y el deterioro de las expectativas que muestra la economía respecto de sus pares de Latinoamérica (países con la misma nota).
Lo analistas argumentaron que este bajo crecimiento impacta negativamente en la base de los ingresos no petroleros (tributarios), lo que dificulta al cumplimiento de las metas fiscales.
Destacaron también que este contexto de bajo crecimiento genera presión para el cumplimiento de los “ambiciosos planes sociales, económicos y políticos que tiene el gobierno de Andrés Manuel López Obrador”.
Por ello, los analistas opinan que “México es una economía estable, con un nivel de deuda pública bastante manejable que mantiene un manejo responsable de sus políticas fiscal y monetaria, comparado con los países que tienen una calificación similar a la de México,
El principal cuestionamiento hacia el manejo de la economía del gobierno, tiene que ver con la fallida política de seguridad pública y la falta de crecimiento económico y del empleo formal.
Los analistas coinciden que no habrá un futuro estable en lo económico para la nación, sino se logra una amplia reforma que le quite a los cárteles de la droga el poder de mercadear con lo ilícito como tampoco se logrará si no se persigue a los líderes que controlan la industria de la delincuencia y de la extorsión.
Finalmente, se concluye que una economía no crece si no hay inversión, pública y privada. El actual gobierno no tiene los recursos para que el sector público invierta más. Tampoco está en una situación donde pueda endeudarse para dicho propósito. Requiere, entonces, de los capitales privados a fin de que estos inviertan, la economía crezca más y se generen empleos. Esto no ha sido suficiente, al no darse la confianza suficiente ante los inversionistas…